BUEN NOMBRE Y HONOR

BUEN NOMBRE Y HONOR

DEVOCIONAL 

Recuerdo que cuando era niño había una frase que parecía sintetizar no sólo una forma de vida sino también un objetivo fundamental para tener como una especie de bandera.

Esa frase era: Defensa del buen nombre y honor…y por esas palabras se contaba que incluso en un pasado más o menos reciente se habían registrado duelos e incluso hasta muerte en ellos.

Luego del maravilloso encuentro con el Señor, este recuerdo parece imposible que sea parte de mi memoria infantil, pero eso era lo que se decía y lo que se buscaba practicar.

Había gente sensata que afirmaba que no todos los que defendían el argumento, tenían buen nombre y mucho menos honor. Y seguramente eso se aproximaba más a la realidad.

Tengo la certeza que tanto una cosa como la otra carecen de todo sentido, si provienen de otros hombres y que lo único que es deseable es el reconocimiento del Dios Todopoderoso.

Todo lo demás es un refugio mundano, para ocultar las miserias o para justificarlas, tratando que los demás miembros de la sociedad, no se enteren o no se percaten de esa penosa forma de vivir.

La honra es la que el Señor nos concede!

Jueces 9:9 Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?
Diego Acosta / Neide Ferreira

el verdadero matrimonio

EL VERDADERO MATRIMONIO

ANTIVIRUS

Si nos dejamos llevar por la influencia del mundo, podríamos llegar a la conclusión que la institución consagrada por Dios como la forma superior de la relación de un hombre con una mujer, es otra cuestión menor y sin importancia.

Incluso se ha llegado a exhibir como algo natural, que en un matrimonio se impliquen otras personas, con lo que se ha dado en llamar el amor compartido.

Y los bochornosos casos donde públicamente se muestran los acuerdos para simular convivencias, que no son otra cosa que meros acuerdos económicos.

Frente a esto, debemos ser extremadamente rigurosos para hablar de lo cierto y lo verdadero a nuestros hijos, para que el mundo no consagre la idea de que el matrimonio es algo que se puede usar y tirar como tantas otras cosas.

La gravedad de la situación exige máxima claridad y contundencia, para no enredarnos con las palabras ni usar argumentos que disimulen la gravedad de la situación.

Estamos llegando al tiempo en que cada palabra que digamos o que callemos, nos será reclamada.

Diego Acosta