Si hablamos de tizón, rápidamente lo asociaremos con las brasas que forman un fuego. Como se hace un buen fuego: Separando las brasas o los tizones, o juntándolos?
Es demasiado evidente que si separamos cada una de las brasas o de los tizones, estaremos disgregando la importancia del fuego y entonces cada uno de ellos se irá consumiendo sin ningún fin.
Esto es exactamente lo que ocurre con la vida de muchos cristianos. Hay quienes creen que habiendo concurrido a la iglesia el domingo, ya han cumplido con su compromiso con el Señor.
Y así hasta el próximo domingo!
Pero que hacemos durante los restantes días de la semana? Cada uno por su lado, dispersos sin buscar más compañía que la de hermanos a los que consideramos amigos.
Qué estamos haciendo procediendo de esta manera? Dispersar las brasas o los tizones, como les queramos llamar. Difícilmente arderá algún fuego importante con tanta separación.
Si por el contrario fuéramos capaces de juntarnos durante la semana, no solamente por koinonia, sino para orar, cada vez que levantemos un clamor arderá con toda intensidad el fuego que anhelamos.
Todo lo que muchos deseamos, lo encontraremos cada vez que concurramos a una reunión de oración a juntar los tizones dispersos para formar esa gran hoguera que simbolizará la obra del Espíritu.
Pensemos en esto y asumamos una actitud de firmeza. Así como cumplimos con nuestras obligaciones, no es menos importante que asumamos nuestra parte de un gran fuego!
Juntémonos en oración!
Zacarías 8:21
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
