DEVOCIONAL Aunque parezca anticuado, todavía sigo usando los lápices de toda la vida, esos que para poder seguir escribiendo o dibujando, es necesario sacarles la punta de grafito que tienen. Y en eso he centrado mi atención. Como el orgulloso lápiz nuevo, va menguando a medida que deja sus trazos impulsado por mi mano.. Cada vez que es necesario sacarle la punta, el lápiz va perdiendo su aspecto, va disminuyendo de forma inexorable, porque de lo contrario no serviría para cumplir las funciones para las que ha sido creado. Tal vez los humanos, tengamos un cierto parecido con los lápices de siempre, porque para que cumplamos nuestro ciclo vital, tenemos que ir menguando, día tras día. La diferencia que pueda existir, es que en vez de ser un lápiz físico, fuéramos un lápiz espiritual. Seríamos utilizados como instrumentos por el Dios Todopoderoso e iríamos menguando a la vez que nuestras pequeñas obras se convierten en obs de fe. |
Santiago 2:14
Hermanos míos,
¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle?
Tiago 2:14
Meus irmãos,
que aproveita se alguém disser que tem fé e não tiver as obras?
Porventura, a fé pode salvá-lo?
Diego Acosta / Neide Ferreira