EL MENSAJE

DEVOCIONAL

Pertenezco al grupo de personas que tienen la certeza de que Dios siempre habla, pero que no lo escuchamos a causa del ruido ensordecedor en el que vivimos.

Ejemplificando estas palabras, me remito a contar que en el balcón de mi casa teníamos una planta que estaba mostrando evidentes síntomas de que se estaba secando.

No obstante un día con mucha paciencia, de la que casi carezco, le quité las partes muertas y entonces le dimos la oportunidad de que pudiera seguir viviendo.

Cuál no sería mi sorpresa, cuando comprobé que no solo que siguió viviendo, sino que siguió floreciendo, como si estuviera convencida de que debía perseverar para cumplir con el Propósito por el que fue Creada.

Asumí que el mensaje era para mí: Soy tan perseverante como esta humilde plantita? O me dejo llevar por el desánimo cuando nada parece salir bien?

Dios nos habla y en este caso, tengo la certeza que me dijo: Persevera.

Santiago 1:25
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad,
y persevera en ella,
no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra,
éste será bienaventurado en lo que hace
.

Tiago 1:25
Aquele, porém,
que atenta bem para a lei perfeita da liberdade e nisso persevera,
não sendo ouvinte esquecido, mas fazedor da obra,
este tal será bem-aventurado no seu feito.

 Diego Acosta / Neide Ferreira

Un lápiz de Fe

 

DEVOCIONAL

Aunque parezca anticuado, todavía sigo usando los lápices de toda la vida, esos que para poder seguir escribiendo o dibujando, es necesario sacarles la punta de grafito que tienen.​

Y en eso he centrado mi atención. Como el orgulloso lápiz nuevo, va menguando a medida que deja sus trazos impulsado por mi mano..​

Cada vez que es necesario sacarle la punta, el lápiz va perdiendo su aspecto, va disminuyendo de forma inexorable, porque de lo contrario no serviría para cumplir las funciones para las que ha sido creado.​

Tal vez los humanos, tengamos un cierto parecido con los lápices de siempre, porque para que cumplamos nuestro ciclo vital, tenemos que ir menguando, día tras día.​

La diferencia que pueda existir, es que en vez de ser un lápiz físico, fuéramos un lápiz espiritual. Seríamos utilizados como instrumentos por el Dios Todopoderoso e iríamos menguando a la vez que nuestras pequeñas obras se convierten en obs de fe.​

Santiago 2:14
Hermanos míos,
¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle?

Tiago 2:14
Meus irmãos,
que aproveita se alguém disser que tem fé e não tiver as obras?
Porventura, a fé pode salvá-lo?

Diego Acosta / Neide Ferreira

LA ENSEÑANZA

 

Un viejo y añorado maestro hablaba a propósito de la importancia de aprender, todos los días, un poco más sobre la Biblia.

Siempre fue un hombre directo, sin caer en el ejercicio de dejar sugeridos argumentos, que podían dar lugar a interpretaciones equivocadas.

Con ese estilo, una tarde inolvidable nos sorprendió con una afirmación. Se refirió a la humildad y a la importancia que tiene en la vida de los creyentes.

Pero dijo algo más: La humildad es un obstáculo casi insuperable cuando no está en el corazón de quién recibe la enseñanza.

Y agregó: Pero también la humildad es un obstáculo casi insalvable, cuando no está en el corazón de quien imparte la enseñanza.

Tanto en un caso como en el otro, la importancia de la humildad es tan grande, que la mayoría de las veces grandes maestros y aventajados alumnos, no llegan a la profundidad de la Palabra de Dios, por su falta de humildad.

Desde entonces, me aplico la enseñanza y oro para no ser vanidoso al enseñar y orgulloso cuando me enseñan.

Santiago 4:10

Humillaos delante del Señor,

y ÉL os exaltará.

Tiago 4:10

Humilhai-vos perante o Senhor,

e Ele vos exaltará.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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MAÑANA…

Muchas veces me sorprendo pensando en mañana o en pasado mañana o en los días siguientes.

Incluso me imagino situaciones que tienen que ver con el futuro más o menos inmediato.

Y me pregunto: Está bien o está mal hacer planes?

Básicamente no debemos limitarnos nosotros mismos con relación a lo que nos gustaría hacer. Eso forma parte de lo que llamamos los anhelos del corazón.

En realidad la cuestión que habría que plantearse es otra completamente diferente: Someto mis proyectos a la Voluntad de Dios?

Estoy buscando que ÉL confirme lo que debo hacer?

O simplemente estoy esperando que el Eterno bendiga mis planes de futuro?

Si busco su aprobación antes de hacer nada, estaré en lo cierto.

Si busco que el Altísimo bendiga mis decisiones, estaré haciendo lo errado.

Estas cuestiones las deberíamos tener lo suficientemente claras, como para que no caigamos en los frecuentes fallos en lo que representa nuestra relación con el Todopoderoso.

No está en nuestras manos tomar decisiones. Pero si a pesar de eso obramos, seremos los únicos responsables de nuestros hechos.

No podremos luego tener el atrevimiento de culpar al propio Dios por lo que nos pueda ocurrir, que generalmente no será bueno.

Esta reflexión me la tengo que hacer prácticamente todos los días, cuando tengo la osadía de pensar en el futuro, sin contar con la Voluntad del Santo de Israel.

Por los muchos golpes recibidos, siempre recuerdo que es lo debo hacer antes de tener la certeza de lo que Dios quiere: NADA.

Solamente así estoy seguro de contar con su Gracia en todo momento!

Tiago 4:13-15

 Eia, agora, vós que dizeis: Hoje ou amanhã, iremos a tal cidade, e lá passaremos um ano, e contrataremos, e ganharemos.

Digo-vos que não sabeis o que acontecerá amanhã. Porque que é a vossa vida? É um vapor que aparece por um pouco e depois se desvanece.

 Em lugar do que devíeis dizer: Se o Senhor quiser, e se vivermos, faremos isto ou aquilo.

Santiago 4:13-15

!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;

 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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A BÍBLIA – Tiago 3

 

Tiago nos dá as diretrizes para viver uma vida santa e agradável ao Senhor, cheios da sabedoria que vem do alto.

1 Meus irmãos, muitos de vós não sejam mestres, sabendo que receberemos mais duro juízo.

Porque todos tropeçamos em muitas coisas. Se alguém não tropeça em palavra, o tal varão é perfeito e poderoso para também refrear todo o corpo.

Ora, nós pomos freio nas bocas dos cavalos, para que nos obedeçam; e conseguimos dirigir todo o seu corpo.

Vede também as naus que, sendo tão grandes e levadas de impetuosos ventos, se viram com um bem pequeno leme para onde quer a vontade daquele que as governa.

Assim também a língua é um pequeno membro e gloria-se de grandes coisas. Vede quão grande bosque um pequeno fogo incendeia.

A língua também é um fogo; como mundo de iniquidade, a língua está posta entre os nossos membros, e contamina todo o corpo, e inflama o curso da natureza, e é inflamada pelo inferno.

Porque toda a natureza, tanto de bestas-feras como de aves, tanto de répteis como de animais do mar, se amansa e foi domada pela natureza humana;

mas nenhum homem pode domar a língua. É um mal que não se pode refrear; está cheia de peçonha mortal.

Com ela bendizemos a Deus e Pai, e com ela amaldiçoamos os homens, feitos à semelhança de Deus:

10 de uma mesma boca procede bênção e maldição. Meus irmãos, não convém que isto se faça assim.

11 Porventura, deita alguma fonte de um mesmo manancial água doce e água amargosa?

12 Meus irmãos, pode também a figueira produzir azeitonas ou a videira, figos? Assim, tampouco pode uma fonte dar água salgada e doce.

13 Quem dentre vós é sábio e inteligente? Mostre, pelo seu bom trato, as suas obras em mansidão de sabedoria.

14 Mas, se tendes amarga inveja e sentimento faccioso em vosso coração, não vos glorieis, nem mintais contra a verdade.

15 Essa não é a sabedoria que vem do alto, mas é terrena, animal e diabólica.

16 Porque, onde há inveja e espírito faccioso, aí há perturbação e toda obra perversa.

17 Mas a sabedoria que vem do alto é, primeiramente, pura, depois, pacífica, moderada, tratável, cheia de misericórdia e de bons frutos, sem parcialidade e sem hipocrisia.

18 Ora, o fruto da justiça semeia-se na paz, para os que exercitam a paz.

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