EN MI NOMBRE – VIII

La Voluntad de Dios es que los hombres estemos sanos.

Por esta razón cuando Jesús imponía las manos sobre los enfermos, cumplía la Voluntad del Padre, Lucas 4:40:

 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;  

para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Importante es recordar lo que nos revela Hebreos 10:7:

Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí.

Puede quedarnos alguna duda acerca de cuál es la Voluntad de Dios con relación a nuestra sanidad?

Todo lo que Jesús realizó durante su Ministerio Terrenal, no fue otra cosa que cumplir con la Voluntad de su Padre, como queda expresado en Juan 6:38:

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad,

sino la voluntad del que me envió.

Jesús nos marcó claramente el Camino con relación a muchos asuntos, pero en especial el de la Sanidad, no puede movernos a mantener ninguna duda.

Diego Acosta

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EN MI NOMBRE – VII

 

El mayor obstáculo para la Sanidad que proviene del Poder de Dios, es la incredulidad de quienes precisan ser sanados.

Ese es el mayor impedimento para que le Gracia llegue hasta el cuerpo necesitado, tal y como Jesús lo proclamó como mandato.

Resulta sorprendente que sea ese y no otro el mayor argumento en contra de la Sanidad!

Todos sabemos que hay personas que son curadas!

Pero no siempre creemos que también nosotros podremos ser curados, ignorando que es la Voluntad de Dios que seamos sanos.

De allí que obramos sin esa osadía que se origina en la Confianza, cuando oramos al Eterno pidiendo que nos sane de nuestras dolencias.

Podríamos ejemplificar esta cuestión con un testamento. Para saber su contenido debemos leerlo y no permanecer en la incertidumbre.

Ese es el tema: Desafiar la Voluntad de Dios para que la sanidad vuelva a nuestro cuerpo, en forma de cura milagrosa.

Si no lo hacemos, estaremos siempre con la incertidumbre de pensar si en el testamento que no hemos leído, hay algo para nosotros!

Diego Acosta

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MAÑANA…

Muchas veces me sorprendo pensando en mañana o en pasado mañana o en los días siguientes.

Incluso me imagino situaciones que tienen que ver con el futuro más o menos inmediato.

Y me pregunto: Está bien o está mal hacer planes?

Básicamente no debemos limitarnos nosotros mismos con relación a lo que nos gustaría hacer. Eso forma parte de lo que llamamos los anhelos del corazón.

En realidad la cuestión que habría que plantearse es otra completamente diferente: Someto mis proyectos a la Voluntad de Dios?

Estoy buscando que ÉL confirme lo que debo hacer?

O simplemente estoy esperando que el Eterno bendiga mis planes de futuro?

Si busco su aprobación antes de hacer nada, estaré en lo cierto.

Si busco que el Altísimo bendiga mis decisiones, estaré haciendo lo errado.

Estas cuestiones las deberíamos tener lo suficientemente claras, como para que no caigamos en los frecuentes fallos en lo que representa nuestra relación con el Todopoderoso.

No está en nuestras manos tomar decisiones. Pero si a pesar de eso obramos, seremos los únicos responsables de nuestros hechos.

No podremos luego tener el atrevimiento de culpar al propio Dios por lo que nos pueda ocurrir, que generalmente no será bueno.

Esta reflexión me la tengo que hacer prácticamente todos los días, cuando tengo la osadía de pensar en el futuro, sin contar con la Voluntad del Santo de Israel.

Por los muchos golpes recibidos, siempre recuerdo que es lo debo hacer antes de tener la certeza de lo que Dios quiere: NADA.

Solamente así estoy seguro de contar con su Gracia en todo momento!

Tiago 4:13-15

 Eia, agora, vós que dizeis: Hoje ou amanhã, iremos a tal cidade, e lá passaremos um ano, e contrataremos, e ganharemos.

Digo-vos que não sabeis o que acontecerá amanhã. Porque que é a vossa vida? É um vapor que aparece por um pouco e depois se desvanece.

 Em lugar do que devíeis dizer: Se o Senhor quiser, e se vivermos, faremos isto ou aquilo.

Santiago 4:13-15

!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;

 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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