EN MI NOMBRE – VII

 

El mayor obstáculo para la Sanidad que proviene del Poder de Dios, es la incredulidad de quienes precisan ser sanados.

Ese es el mayor impedimento para que le Gracia llegue hasta el cuerpo necesitado, tal y como Jesús lo proclamó como mandato.

Resulta sorprendente que sea ese y no otro el mayor argumento en contra de la Sanidad!

Todos sabemos que hay personas que son curadas!

Pero no siempre creemos que también nosotros podremos ser curados, ignorando que es la Voluntad de Dios que seamos sanos.

De allí que obramos sin esa osadía que se origina en la Confianza, cuando oramos al Eterno pidiendo que nos sane de nuestras dolencias.

Podríamos ejemplificar esta cuestión con un testamento. Para saber su contenido debemos leerlo y no permanecer en la incertidumbre.

Ese es el tema: Desafiar la Voluntad de Dios para que la sanidad vuelva a nuestro cuerpo, en forma de cura milagrosa.

Si no lo hacemos, estaremos siempre con la incertidumbre de pensar si en el testamento que no hemos leído, hay algo para nosotros!

Diego Acosta

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