UNA FÁBULA

bar4
El imaginario popular es muy fértil y también en muchos casos, notable por el nivel de conclusiones que se pueden derivar de sus manifestaciones.

Una fábula cuenta que un grupo de hombres se divertía en un bar con el llamado tonto del pueblo. El motivo: Le ofrecían dos monedas, una de mayor tamaño que valía la mitad de la otra que era menor de circunferencia.

El tonto siempre elegía la que representaba la mitad, en medio de las risas. Alguien le comentó por qué hacía eso.

El hombre explicó: Si yo eligiera la moneda de más valor, se acabaría la historia y yo perdería esa pequeña ayuda que recibo.

Moralejas: El tonto no era tan tonto, la avaricia no se contaba entre sus males y las opiniones sobre las personas, no siempre son acertadas.

Reflexión bíblica.

No debemos juzgar a los demás por las apariencias, pues podemos errar gravemente. Tampoco debemos levantar juicio contra los demás.

Y la más importante: Dios no hace acepción de personas!

Esta fábula popular pone en evidencia, aunque haya sido expresada de una manera ruda, que muchas veces la sociedad se burla de quienes no pueden defenderse o lo tienen muy difícil para hacerlo.

Nos olvidamos que es precisamente de esas personas de quién es Abogado e Intercesor Jesucristo!

ÉL no vino al mundo a defender a los poderosos de la tierra. Vino a defender a los débiles, a los desechados y a los marginados.

Tal vez reflexionando sobre una fábula pueblerina, nos podamos hacer una idea de la verdadera magnitud del mensaje de Amor y de Misericordia de Jesús.

Romanos 12:10

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com