VÉRTIGO

El paso de los días cada vez es más vertiginoso y es una de las señales relacionadas con el fin de los tiempos, aunque muchos de nosotros no lo veamos o lo que es peor nos neguemos a reconocerlo.

Cuando los discípulos le reclamaron señales a Jesús fueron reprendidos porque eran wasting3capaces de advertir los cambios de las estaciones y no eran capaces de advertir lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

Probablemente algo parecido nos esté ocurriendo en los tiempos en los que nos toca vivir. De tan absortos que estamos en nuestras cuestiones personales, nos olvidamos de lo fundamental.

Quizás deberíamos preguntarnos si el paso de los días a velocidades frenéticas, lo acompasamos con nuestras actividades personales o lo relacionamos con el llamado que recibimos.

Tal vez estemos más preocupados en lograr objetivos que consideramos importantes y no tomamos en cuenta que nuestro paso por la tierra tiene propósitos muy relevantes.

No estamos para vivir con vana-gloria, estamos en la tierra para ser mensajeros de Buenas Nuevas, para llevar hasta los confines de la tierra las promesas formuladas por el Señor.

Viviendo de esta manera estamos corriendo el riesgo de ser “exitosos” hombres y mujeres en la tierra y nos estamos perdiendo la posibilidad de ser bienvenidos en el Reino.

Deuteronomio 1:18
Diego Acosta García

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