DEVOCIONAL
En circunstancias muy especiales he podido disfrutar del trabajo de voluntarios, que forman parte de varias entidades de la ciudad en donde vivo.
Tal vez se podrían emplear otros calificativos, pero disfrutar significa apreciar la actitud de muchas personas, que se han volcado a servir al prójimo.
Como es natural me resulta muy difícil saber si estas personas son o no son creyentes, si tienen a Dios en sus vidas, pero sí puedo afirmar que tienen amor o misericordia por el necesitado.
Muchas veces cuando pienso en ser voluntario, me imagino grandes obras y grandes servicios, pero estos hombres y mujeres, me han enseñado que acercar un vaso de agua es algo maravilloso.
En la práctica se entiende perfectamente cuando Jesús enseñó, que ayudando al Prójimo es como darle un vaso a agua a ÉL mismo, otorgándole sentido a la condición superior del Amor.
Los voluntarios están impartiendo una gran lección de solidaridad, una ejemplar manera de romper con el frío indiferente de una sociedad, que como todas solo piensa en sus propios problemas.
Gracias por el ejemplo y gracias por la ayuda para comprender que la vida del creyente debe enriquecerse sirviendo al Prójimo, como enseñó el Hijo del Hombre.
Mateo 25:35
Porque tuve hambre, y me disteis de comer;
tuve sed, y me disteis de beber;
fui forastero, y me recogisteis;
Mateus 25:25
Porque tive fome, e destes-me de comer;
tive sede, e destes-me de beber;
era estrangeiro, e hospedastes-me.
Diego Acosta / Neide Ferreira