DEVOCIONAL
En las redes sociales, me sorprendí al ver la fotografía de un conocido artista que tenía una apariencia muy distinta de la que recordaba.
Era evidente que los años han pasado para él y para mí, poniendo distancia con el hecho que me relacionó con este personaje de gran notoriedad en el mundo hispano.
Ocurrió que mientras trabajábamos arduamente para concretar una campaña evangelística, su líder recibió la noticia de que este personaje no cumpliría con su compromiso de ser uno de los centros del proyecto.
Recuerdo que mientras prácticamente todos los que conocimos la noticia, censurábamos duramente al personaje, el líder simplemente dijo: ha cometido un error de juventud.
Pero lo cierto es que hasta ver su fotografía no había comprendido qué a pesar de la generosa actitud del líder de la campaña, yo no lo había perdonado.
Así que muchos años más tarde, pedí perdón al Señor por mi soberbia y con el corazón contrito, perdoné al personaje que faltó a su cita.
Él no sabrá nunca quién es esta persona que lo ha perdonado, pero tendré la tranquilidad de haberlo hecho, movido por el Espíritu y valorando en su verdadera magnitud, la actitud ejemplar de un auténtico siervo de Dios.
Lucas 6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Diego Acosta / Neide Ferreira