APRENDAMOS A VALORAR

 

Los hechos cotidianos o aquellos otros  que por su importancia quedan registrados en nuestra memoria, siempre tienen la manifestación de Dios y por esa razón debemos considerarlos.

Los hechos cotidianos son todos aquellos que por su presunta pequeña trascendencia, pasan desapercibidos de nuestra atención y no reparamos en su significado.

Los importantes tienen el efecto de dejarnos complacidos o lo todo lo contrario, pero nos detenemos en lo puramente emocional o sentimental.

Es decir, lo cotidiano o lo singularmente valioso nos hacen perder la perspectiva de la presencia de Dios en cada uno de esos hechos y es en eso en lo que debemos pensar.

Tenemos la promesa de que Dios siempre estará a nuestro lado, que no nos abandonará nunca y sabedores de esa promesa, no reparamos que Su presencia es continua en nuestra vida.

Por eso no sabemos valorar los pequeños episodios cotidianos, donde recibimos la Bendición sobre cosas que nos gustan, que precisamos, que nos causan alegría.

Del mismo modo cuando nos ocurren cosas importantes nos dejamos llevar por el impacto que nos causan y no advertimos que también en ellas está la presencia Soberana del Eterno.

Es necesario que comprendamos que Dios está a nuestro lado en cada momento de nuestra vida y que por esa razón debemos agradecerle todo lo que nos ocurre. Aprendamos a valorar su Presencia.

Salmos 16:11

Diego Acosta García

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