LA PUERTA ABIERTA

DEVOCIONAL

Qué pasaría si viéramos que en nuestra congregación la puerta siempre está abierta? Tanto para entrar como para salir? Qué pasaría?

Estas preguntas me las he hecho varias veces a lo largo del tiempo, con el pensamiento puesto en lo que dijo Jesús: Que ÉL era la Puerta.

Siendo así, por qué nos afecta la puerta abierta?

Desde nuestra humana perspectiva pensamos que podemos abandonar nuestra Iglesia en cualquier momento y que nadie nos detendrá si deseamos irnos del lugar donde Dios desea que estemos.

He pensado también, que la congregación perfecta no existe, porque todos los que formamos parte de ella, somos humanos y como tales imperfectos.

No utilicemos la perfección como excusa y sí nos preocupemos por ayudar a mejorar la que tenemos, sabiendo que somos parte de la manada del Hijo del Hombre.

Hebreos 10:25
No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Diego Acosta / Neide Ferreira

CUUIDEMOS LAS PALABRAS

DEVOCIONAL

Desde gobernantes hasta el más humilde ciudadano, todos los hombres debemos de tener especial cuidado con lo que decimos.

Y especialmente si lo que hablamos está relacionado con Dios!

Recordamos al mandatario que se permitió maldecir a Israel y la muerte que tuvo, dolorosa, cruel. Un ejemplo solo de la importancia y la gravedad que pueden llegar a tener nuestros dichos.

Por estas razones, es que siempre pienso antes de hablar, en el cuidado que debo de tener con todo lo que vaya a decir porque seguramente volverá a mí como Bendición o como maldición.

Como todo en la vida solamente hay dos opciones: Con el Bien o con el mal. Con los dos es imposible, porque así lo ha dejado manifiestamente claro el Todopoderoso.

Si de nuestra boca salen bendiciones, seremos bendecidos. Pero si salen maldiciones, seremos maldecidos. Es importante recordar esta advertencia, porque es una cuestión de Vida o muerte.

Génesis 12:3
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Diego Acosta / Neide Ferreira

EL GRAN ÁRBOL

 

DEVOCIONAL

Desde una de las ventanas de mi casa, siempre admiro un gran árbol que tiene varias decenas de metros de altura.
De tanto mirarlo un día me dije: Que es lo que tiene que atrae siempre mi atención?
En el invierno como ocurre ahora en el hemisferio norte, pierde rápidamente sus hojas y solamente quedan entre sus ramas, los nidos de los pájaros que buscan su cobijo.
Y en el verano lo puede admirar con su impresionante muestra de hojas que cubren todo el horizonte y donde anidan distintos pájaros y sus crías.
Oscila entre la patética desnudez de sus ramas a la maravillosa visión de su plenitud. Y me pregunto: que tiene de atractivo todo esto?
Y la respuesta viene a mí, para mostrarme que tal vez así sea nuestra vida y que la Creación nos muestra a través de un árbol, que un día podremos estar muy frágiles y otro llenos de un vigor inusitado.
Todo depende de aceptar la Voluntad Soberana del Señor!

Salmo 40:8
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Diego Acosta / Neide Ferreira

LLORAR CON EL QUE LLORA

DEVOCIONAL

Los tiempos difíciles siembran el desconcierto y el desánimo en el ánimo de muchas personas. Incluyendo naturalmente a muchos de quienes nos llamamos hijos de Dios.

Siempre me he preguntado: por qué ocurre esto?

Y la respuesta es única: Simplemente porque dejamos de tener confianza en el Dios Todopoderoso, el que sabe todas las cosas y el que tiene Autoridad sobre todo y sobre todos.

Y cuando dejamos de confiar abrimos una peligrosa brecha que el Diablo aprovecha para hacernos caer en las dudas y nos lleva a que escuchemos el bullicio del mundo.

Cuando me interrogo a mí mismo sobre estas cuestiones, me viene a la memoria de que debemos llorar con el que llora. Porque entonces y solo entonces dejaremos de preocuparnos por nuestros propios afanes.

Y entonces podremos comprender la profundidad de la Compasión de Jesús, cuando miraba a los sufrientes. Y podremos comprender que tener compasión es el primer paso hacia la Misericordia, que es la forma superior del Amor que proclamó el Hijo del Hombre.

Romanos 12:15
Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

Diego Acosta / Neide Ferreira

VIVIR CON MUERTOS

ANTIVIRUS

Una antigua costumbre en una isla de Indonesia, permite que los muertos de una familia sean momificados y formen parte de la vida cotidiana en la casa.

Una costumbre que tiene múltiples interpretaciones, pero una de ellas nos obliga a reflexionar esa tendencia que tenemos los seres humanos a buscar a los muertos, como si nos pudieran dar algo de vida.

De esta manera por ejemplo, imitamos torpemente una más que antigua práctica celta, de negociar con los muertos y que llevó a la exaltación de Halloween.

Recordemos que las normas que el Dios Todopoderoso, nos dejó en el Libro de Deuteronomio 18:11-12: ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.

Recordemos: el trato de cualquier tipo con los muertos es abominación para Dios.

Diego Acosta

LA BOCA ABIERTA

DEVOCIONAL

Los tremendos acontecimientos que estamos viviendo nos acercan al anunciado tiempo del fin, que Jesús profetizó ante sus discípulos antes de los sucesos cruciales del Juicio y el Gólgota.

Frente a estos terribles hechos, no somos capaces ni de cerrar la boca, señal inequívoca de como NO estamos espiritualmente preparados para lo que vendrá.

Pensaba en esto, porque alarma el silencio de nuestras iglesias, de nuestras instituciones, escondidas o ignorantes de la realidad, refugiadas en la dudosa seguridad de los lugares de culto.

Jesús nos alertó, no para estemos con la cruda actitud de la boca abierta o distraídos, sino para que estemos preparados para seguir nuestro día a día, pero con el arma de la oración en el espíritu y en la boca.

NO para que dejemos la boca abierta, en señal de indiferencia o de no saber que hacer, cuando sin embargo nos seguimos declarando hijos de Dios.

Si tenemos la boca abierta, evangelicemos. Y si la tenemos cerrada, oremos clamando Misericordia.  No seamos tibios!

Mateo 24: 8 Y todo esto será principio de dolores.

Diego Acosta / Neide Ferreira