CONGREGACIÓN del SÉPTIMO MILENIO

NO SEAMOS CIEGOS

Quiero hablar de algo que yo he hecho durante mucho tiempo, y que en ocasiones repito muy a pesar mío, pues eso me entristece, porque sé que no es correcto en una hija o hijo de Dios.
Veréis, cuando veo a un asesino, a un abusador, a un corrupto, ¿sabéis a que me refiero verdad? cuando veo todo lo injusto, me enfado y pienso ¿cómo puede hacer esto, que cruel, que falta de escrúpulos, como lourdesse puede hacer daño a un niño a una anciana?. Entonces recuerdo quien era yo antes de tener un encuentro personal con Jesús y os aseguro que mi condición no era mucho mejor de la de los que ahora me indignan. NO, no era mejor.
Era una ciega que incluso habiendo oído hablar de Jesús, no podía distinguir lo que estaba bien de lo que estaba mal, que mentía, que engañaba qué decidía lo que podía hacer o no y me daba igual por encima de quien tenía que pasar. Era tan ciega que clamaba a Dios como si fuera un ser que estuviera a mi disposición y fuera alguien que tenía que hacer lo que a mí me parecía que era justo. Ahora pedía, ahora maldecía, ahora vivía a mi antojo.
Cuando iba hacia el precipicio alguien me dijo: Jesús puede ayudarte, ¡ yo siempre he creído en Dios ! contesté, pero me dijo: eso no es suficiente, no basta solo con creer, clama a Él, deja que entre en tu vida, que sane tus heridas, deja que sea tu Salvador y tu Señor, entonces grité : “Jesús ten misericordia de mí”, entonces le vi y Él me salvó, me limpió, me cambió, me transformó. Él perdonó mis pecados, ve y no peques más me dijo.
¿Que quiero decir con esto?, tenemos que aborrecer el pecado pero no al pecador. El enojo, el desprecio hacia los que están ciegos no es correcto. Cuando a través de las redes sociales insultamos y perseguimos y criticamos lo que hacen los ciegos, no estamos mostrando a Jesús.
Un ciego no decide ver, tiene que recibir la vista, tiene que ser que habiendo oído hablar de Jesús y viéndole en nosotros, clame y Él le de la vista.
El ciego Bartimeo había oído hablar de Jesús pero eso no le dio la vista, solo fue cuando clamó a Jesús que pudo ver.
Marcos 10: 46, 51 y 52
Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista y seguía a Jesús en el camino.

Lourdes Díaz – España

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