CUANDO DEJAMOS DE APRENDER?


Pareciera que nuestra capacidad de aprendizaje tiene un límite, a partir del cual ya no es necesario que sigamos recibiendo más conocimientos porque los que tenemos nos bastan.

Ese es el momento en el que nuestra soberbia determina que ha llegado el momento de no comportarnos como alumnos, sino que debemos pasar a ser maestros.

Un paso tan arriesgado como poco conveniente, porque la Palabra de Dios nos enseña repetidamente que debemos estar prestos a seguir creciendo, sin importar nuestras circunstancias.

No importa que seamos importantes según nuestra opinión, ni relevantes según los cargos que ocupemos, siempre debemos de seguir creciendo, porque nunca estaremos en el nivel que se nos reclama.

Dejar de ser alumnos nos priva además, de los preciosos momentos en que la persona más inesperada, nos brinda un mensaje de sabiduría, de reflexión, de exhortación.

Dios utiliza los medios más variados y sorprendentes para hablarnos y cuando nos cerramos en nuestra postura de ser lo suficientemente conocedores, nos perdemos sus mensajes.

Es importante que reflexionemos sobre esta cuestión. No caigamos en la vanidosa postura de saberlo todo y seamos humildes para que nuestras vidas puedan enseñar a los demás.

Salmos 119:73
Diego Acosta García

 

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