DEMOS EL PRIMER PASO…

En la complejidad de las relaciones humanas siempre hay situaciones que nos pueden llevar a tener serias confrontaciones con otras personas, que generan serias consecuencias.

Como es lógico por nuestra condición de seres humanos, casi siempre estaremos firmes en nuestra postura y esperaremos a que la otra persona se acerque a nosotros para disculparse o para enmendar el error cometido.

Esta actitud está basada principalmente en la soberbia de sabernos o de creernos poseedores de la razón, lo que revela una alta dosis de vanidad o de orgullo.

El tiempo en estos casos obra en contra de la solución de la controversia y lo que es más grave todavía, contribuye a ampliar las grietas originadas en la relación personal.

Frente a una situación como esta deberemos obrar con firmeza y humildad y dar un paso hacia la solución, que no es otro que abordar a la otra persona para encontrar juntos el fin del problema.

Ampararnos en la soberbia de nuestra vanidad herida, no nos servirá de nada y mucho menos como creyentes, porque hemos sido enseñados a obrar con mansedumbre, aunque tengamos la razón.

Si al dar el primer paso cedemos posiciones, pareciendo débiles o culpables, debemos de tener en cuenta que Dios es quién nos justifica y que como hijos suyos debemos de tener actitudes ejemplares.

Efesios 4:2
Diego Acosta García

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