FRACASO

La palabra fracaso es tan significativa para los hombres, que por tratar de evitarla, ni siquiera nos atrevemos a mencionarla en público.

Recuerdo cuando en una iglesia donde congregaba se nos pidió que fuéramos a evangelizar a un pequeño parque, donde se reunía mucha gente para disfrutar del fresco tras un día de mucho calor.

En mi absoluta inexperiencia traté de hacerlo lo mejor que pude y el resultado fue…desastroso!

Con todas las personas con las que intenté hablar, con todas tuve un gran rechazo. No tanto por mí, sino por hablar de Jesús!

Lo cierto es que cuando decidimos que la evangelización había terminado, nos reunimos varios de quienes habíamos participado.

Algunos estaban muy contentos y otros varios, callados, grupo donde me encontraba. Como dije mi inexperiencia me impedía abrir juicio sobre lo que habíamos hecho.

Con gran sorpresa de mi parte muy pronto se comenzó a hablar de un auténtico éxito…porque habíamos distribuido todos los folletos y porque muchas personas los habían aceptado de buen grado.

Pero al salir del pequeño parque vi un cesto para arrojar desperdicios diversos y entre ellos pude ver una gran cantidad de…folletos.

Debo confesar que mi ánimo acusó el impacto de ver aquellos breves mensajes que habían sido tirados.

Pero nuestro gran Auxiliador que es el Espíritu, me reveló algo sorprendente. No debía valorar como fracaso lo que había hecho en el parque.

Lo que debía valorar de la campaña, no era otra cosa que la obediencia!

Yo no sabía si había hecho bien o mal lo que se me encomendó. Lo que sí sabía era que había sido fiel!

Proverbios 25:13

ES – Como frío de nieve en tiempo de la siega,
Así es el mensajero fiel a los que lo envían,
Pues al alma de su señor da refrigerio.

PT Como frieza de neve no tempo da sega,tanto

 assim é o mensageiro fiel para com os que o enviam;

porque alegra a alma dos seus senhores.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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