INFLUIDOS?

Un hermano con muchos años de relación con el Señor se mostraba favorable a apreciaciones que se habían hecho públicas, relacionadas con las actitudes que deberíamos tener los creyentes.

Era evidente que su actitud estaba influenciada por el impacto que le habían causado propuestas vinculadas con el hombre y su forma de comportarse en la sociedad en la Dv28jl13que vivía.

Intentamos aproximarnos a los fundamentos que tenía el hermano para mostrarse tan entusiasmado y tan contento por haber encontrado una propuesta valedera.

Su respuesta fue que siempre estábamos los que solo pensábamos en destruir y no teníamos pensamientos positivos. Incluyó además unas palabras para insinuar también sobre la envidia.

Nos planteamos confrontar estos argumentos con la Palabra de Dios. Única forma de establecer las razones verdaderas para cualquier argumento. No hicimos otra cosa que escudriñar.

Jesús nos enseñó que estábamos en el mundo para influirlo con el Evangelio, no para dejarnos influir con los pensamientos que se pudieran esgrimir en el mundo.

Con esta seguridad conversamos con el hermano con misericordia y amor para tratar de aclarar la situación. No lo aceptó. Pero la Verdad quedó establecida: Estamos en el mundo para ser influyentes, no para ser influidos!

1 Corintios 9:14
Diego Acosta García

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