LAS REJAS SUTILES

De una manera casual un día advertimos que estamos encerrados en las rejas que nosotros mismos fuimos colocando en nuestra vida, unas rejas que tienen un fuerte contenido espiritual.

Quedamos encerrados en nuestros preconceptos, en creencias arraigadas en el pasado y que nada tienen que ver con nuestro presente y mucho menos con la certeza de que somos hijos de Dios.

Cuando tocamos los barrotes nos damos cuenta que están firmes y que son muy difíciles de arrancar, porque cada movimiento que hacemos nos duele en partes sensibles de nuestro interior.

Y como fue que comenzamos a colocar las rejas a nuestra vida? Seguramente a partir del momento en que nos pareció adecuado aceptar cualquier mensaje y a no contradecir a nadie por equivocado que estuviera.

La tarea de colocar rejas continuó cuando fuimos permisivos en cuestiones fundamentales, confundiendo la misericordia con el simple gesto de no querer admitir lo que era evidente.

Colocamos más rejas el día en que no fuimos capaces de levantar nuestra voz frente a la injusticia y aceptamos situaciones para no herir susceptibilidades o para no apartarnos de determinadas personas.

Podemos romper nuestras rejas? Por supuesto que sí, es una decisión personal que no tiene otra condición que volver a Jesús, arrepentirnos, pedir perdón y aprender a caminar por el estrecho Camino que nos lleva a la Vida Eterna.

Salmos 107:14
Diego Acosta García

Deja una respuesta