MENTIR POR OBLIGACIÓN

En algún tiempo de nuestra vida de impío tuvimos oportunidad de tener grandes ingresos a través del trabajo en una empresa donde se decía medio en broma medio en serio, que “se mentía más que se hablaba”.

Al cabo de algunos meses nos convertimos en seguidores del Señor y seguíamos trabajando en la misma empresa, que seguía siendo tan rentable económicamente.

Luego de unas pocas semanas se planteó una difícil cuestión. Si no mentíamos no éramos fieles a la empresa que nos daba la oportunidad de ganarnos la vida.

Y si mentíamos no éramos fieles a Dios que prohíbe expresamente la mentira, con lo que vivíamos horas de confusión y también de determinaciones.

Todo se aclaró un día al abrir la Palabra de Dios, leímos pudimos leer un versículo que hablaba de que nuestro sí debía ser sí y nuestro no, no. Era más que evidente que se trataba de una respuesta para nuestro interrogante.

La cuestión siguiente fue cuando dudamos con qué íbamos a vivir tras la salida de la empresa donde trabajábamos. También la Biblia nos dio la respuesta: El Señor es el Proveedor.

Es evidente que no podemos poner excusas de ningún tipo, cuando somos advertidos por la Palabra acerca de nuestros comportamientos. Si somos hijos de Dios nos debemos comportar como tales.

Salmos 40:4
Diego Acosta García

Deja una respuesta