POCA FE…

En los momentos que dedico a observar mis hechos, me sorprendo de cómo son de pobres, de cómo son de mejorables…

Me sorprendo porque mis obras no tienen nada que puedan servir de ejemplo para otros creyentes o para quienes podrían tener una visión de Jesús a través de mí.

Todo esto tiene una sola explicación: Mi poca fe!

La Palabra de Dios nos enseña que no basta con declaraciones ni palabras rimbombantes, sino que deben estar acompañadas por hechos que las reflejen.

La fe debe ser alimentada del mismo modo que alimentamos nuestro cuerpo para que permanezca sano y esté robusto para enfrentar las demandas cotidianas.

Si no alimento mi fe, estaré disminuyendo mi propia condición de hijo de Dios, aunque persista en mis palabras hablando de lo que mucho que creo y de lo mucho que confío.

Jesús nos advirtió a propósito de no ser engañados…y en primer lugar debemos observar esta advertencia, para no engañarnos nosotros mismos.

Me queda por delante la obra de aumentar mi fe. Confío en la Misericordia del Señor, para que siga haciendo su Obra en mí.

Mateus 17:20

E Jesus lhes disse: Por causa da vossa pequena fé; porque em verdade vos digo que, se tiverdes fé como um grão de mostarda, direis a este monte: Passa daqui para acolá  e há de passar; e nada vos será impossível.

Mateo 17:20

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com