PARÁSITOS

Una sola vez escuché predicar sobre este tema!

Hay parásitos naturales que se encuentran en el interior o en el exterior de los cuerpos vivientes. Son seres que según su naturaleza solo le es posible la existencia en su condición de parásitos…

Pero hay otros parásitos sobre los que es necesario hablar: Los parásitos espirituales…!

Son distintos a los que por su naturaleza solamente les es posible vivir con la energía de los demás. Son hombres y mujeres que eligen…ser parásitos.

Los podemos distinguir más o menos fácilmente:

Son los que gustan de la frescura o de la tibieza del lugar de culto.

Son los que roban sistemáticamente la atención de los líderes.

Son los que se nutren diariamente de mensajes de todo tipo.

Son los que demandan atención permanente para no considerarse postergados o ignorados.

Son..

Seguramente entre todos podríamos ampliar este listado de personas que se valen de sus supuestos derechos, para robar bendiciones y llevarlas a la intimidad de su hogar.

Pensando sobre esto, la primera reacción es de condena, pero la segunda es de arrepentimiento, porque debemos de sentir pena por ellos.

Como nunca dieron nada, el día en que verdaderamente precisen bendiciones traducidas en ayudas, no las podrán obtener.

Sencillamente porque las bendiciones se originan en nuestras actitudes de bendecidores!

Siempre habrá más bendición en dar que en recibir!

Oremos con Misericordia y Amor por estas personas que escondidos tras su apariencia de fieles, no son más que salteadores dispuestos a robar.

Oremos por los parásitos espirituales, que de tanto acaparar, el día que precisen verdaderamente algo, no serán capaces de recibirlo.

Atos 20:35

Tenho-vos mostrado em tudo que, trabalhando assim, é necessário auxiliar os enfermos e recordar as palavras do Senhor Jesus, que disse: Mais bem-aventurada coisa é dar do que receber.

Hechos 20:35

 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

Diego Acosta / Neide Ferreira