UN MILAGRO?

Cuántas veces nos preguntaron: Pero ustedes los cristianos creen en los milagros? Como es posible que crean en esas historias de niños? A estas alturas de la civilización, creyendo milagros?

Y nosotros contestamos que sí, que creemos en los milagros. Solamente que a veces nuestra afirmación es tan débil, que ni nosotros mismos la alcanzamos a escuchar.

Y por qué hablamos con tan poca convicción de los milagros? Porque seguramente no creemos en ellos o creemos intelectualmente, adoptando la postura de que si existen pero yo no los he visto.

Pero existen los milagros? Esta es la gran pregunta que nos debemos formular y también el interrogante que nos debemos de plantear recordando las cosas que han ocurrido en nuestras vidas.

Es verdad que nunca hubo milagros anunciados con figuras descomunales con grandes trompetas en un cielo que de pronto de volvió rojizo, pero eso no significa que no haya milagros en nuestras vidas.

Ocurre simplemente que estamos tan afanados con satisfacer a ese personaje tan importante, que somos nosotros mismos, que no somos capaces de advertir como los milagros de Dios los recibimos todos los días.

Pensemos cuántas veces en pequeños detalles, nos sorprendemos porque ocurren cosas que nos alegran el corazón. Pequeños detalles que revelan hasta qué punto la Grandeza de quién los prodiga, se preocupa por nuestras vidas.

Daniel 4:2
Diego Acosta García

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