HACIENDO MEMORIA
Mientras Israel conmemoraba su día más sagrado, el Yom Kippur o el Día de la Expiación, dos países árabes lanzaron coordinadamente un ataque que significó la última guerra de la región.
Siria en el norte, en los Altos del Golan y Egipto, en el sur en el desierto de Sinaí, atacaron las posiciones israelíes, que debieron ser reorganizadas, puesto que se desoyeron las advertencias de un ataque a gran escala.
Los combates tuvieron éxitos iniciales para los árabes, pero con el correr de los días, los israelíes consiguieron equilibrar la situación, hasta que la intervención de las Naciones Unidas, logró un alto del fuego.
Quedaron en evidencia varias cuestiones, aunque la más importante de todas resultaría ser que la superioridad de las fuerzas de Israel, no prevaleció durante el transcurso de la confrontación.
Lo cierto es que el estado judío, consiguió al término de los combates, mantener las posiciones logradas en la guerra de 1967 y también el pleno control de Jerusalén.
La guerra de Yom Kippur, se prolongó hasta el 25 de Octubre de 1973 y sus consecuencias, se prolongan hasta nuestros días.
Diego Acosta