Esta es la última reflexión relacionada con el perdón y la situación que se había creado con mi madre. A pesar de haberla perdonado, seguía siendo algo que no dejaba de recordar.
Es probable que algunas personas que hayan leído este texto comprendan como se torna en una gran preocupación, tener sin respuesta un interrogante como el que tenía pendiente.
Pensaba: Si ya he perdonado a mi madre por todo lo ocurrido entre nosotros, por qué tengo ahora que pedirle perdón? Y además ella hace varios años que murió.
Estos argumentos ocupaban mi atención, hasta que otra madrugada el Espíritu tuvo Misericordia y se produjo la gran revelación que ha sido uno de los mayores presentes que he recibido en mi vida.
Es Espíritu me reveló: Es verdad que has perdonado a tu madre. Y aunque nunca te haya contestado nada al respecto, es seguro que haya ha aceptado tu perdón, porque era una buena mujer.
Pero la cuestión pendiente es esta: Le has pedido perdón por todo lo que pensaste sobre ella por la situación que mantenían? Cuántas veces dejaste que el rencor te dominara, aunque se tratara de tu madre?
Como es de suponer ante semejante Revelación caí de rodillas…pidiendo perdón por no haber sido capaz de comprender esta grandiosa verdad.
El Perdón para que sea completo debe gestar primero la actitud de perdonar y luego la actitud de pedir perdón, a la misma persona que nos pudo haber humillado, ofendido, agredido o como en el caso de mi madre, ignorado.
En esos momentos pedí perdón a mi madre… y solamente entonces el bálsamo del Consuelo se apoderó de nuestro interior y por fin quedó resuelto este doloroso episodio madre-hijo.
Deseamos fervientemente que estos textos puedan ayudar a otras personas como nos fue de ayuda en dos momentos muy importantes de nuestra vida. El Perdón es tan grande, como lo es quién nos enseñó sobre él: Jesús.
Sería muy importante que reflexionáramos sobre este tema y que los comentarios que puedan formularse sean conocidos por todos nosotros. Así seguramente haríamos mayor la comprensión sobre esta Gracia.
Diego Acosta García