Generalmente sabemos cuando el Espíritu nos está inquietando y también sabemos que en la mayoría de los casos obramos en el sentido contrario del que deberíamos.
Esta contradictoria actitud revela hasta que punto debemos volver cada día a la Fuente verdadera, para poder hacer lo que debemos y no para hacer lo que nos parezca mejor.
Todas las veces que nos comportamos según nuestros gustos y opiniones personales, perdemos las grandes bendiciones que derrama el Espíritu allí donde deberíamos estar.
Cuando conocemos lo que ha hecho el Espíritu nos lamentamos por nuestra falta de obediencia y de sabiduría, por no haber procedido como debiéramos y dejar satisfecho nuestro ego.
Jesús nos anunció que el Espíritu vendría para que los hombres no quedáramos huérfanos y a pesar de ello, nos permitimos ignorar semejante mensaje y nos comportamos con extrema torpeza.
Sin embargo, cuando nuestra voluntad nos manda desobedecer y actuamos en el sentido que nos demanda el Espíritu, nos ocurren grandes cosas.
Recibimos la bendición de una respuesta que esperábamos o la revelación que necesitábamos a través de un mensaje inspirado, que obra poderosamente en nuestras vidas.
Si somos obedientes recibiremos bendiciones!
El acatamiento a los mandatos del Espíritu nos preserva de la gravedad de la desobediencia y nos permite gozarnos con su maravilloso Poder restaurador!
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira