INFLUIR

Cuando los creyentes hablamos de influir en la sociedad, adoptamos  distintas formas de proceder. Esa diversidad revela entre otras cosas, que concepciones diferentes tenemos del Evangelio.

Por influir algunos entienden la construcción de grandes templos, obras tan importantes que se destacan aún en países donde las construcciones notables no son causa de mayores comentarios.

Otros entienden por influir, trabajar para lograr tener grandes congregaciones que impacten por su número y por las magnitudes que podrían lograrse con las comparaciones.

Estas dos formas de interpretar la necesidad de influir en la sociedad, no se corresponden con las enseñanzas de Jesús. Él no tenía donde reposar su cabeza y luego de haber hablado ante multitudes buscaba la soledad.

Esencialmente influir desde la perspectiva del ministerio del Hijo de Dios en la tierra, es llevar el mensaje de Salvación para que el Espíritu obre en quienes lo escucharon.

Como predicó Juan el Bautista? En el desierto y ante pocos. Como predicó Jesús? Primero con la aceptación de multitudes y luego con la hostilidad creciente de muchos.

Pero Jesús influyó con el Poder de su mensaje, con la ejemplaridad de su vida y con la grandiosa humildad de su muerte. Con su Resurreción confirmó para siempre sus palabras.

Influir es imprescindible para nuestra misión de evangelizar. Pero en la mayoría de los casos será más eficaz nuestro ejemplo que todo cuánto podamos decir y donde lo digamos.

Juan 7:16

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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