APRENDER

Debemos estar dispuestos aprender todos los días? Muchas veces hemos escuchado esta pregunta y también nos la hemos hecho porque pareciera que tiene que haber un momento en que ya sabremos todo.

La infinita Sabiduría que contiene la Palabra de Dios torna imposible suponer que podremos algún día llegar al final de nuestro aprendizaje, porque la renovación de las ideas es permanente.

En el mundo puede ocurrir que una persona pueda decir que en una determinada materia lo sabe todo, pero también se engañará porque nadie puede saberlo todo de todo.

Tendríamos que adoptar la actitud que tienen los niños que aunque no son conscientes de que están aprendiendo, comprenden que deben ir al colegio o al instituto a aprender.

Esta actitud revela una gran dosis de humildad por eso preguntan constantemente, porque no tienen los prejuicios ni les avergüenza, admitir que no saben.

En esa misma posición deberíamos colocarnos nosotros, con una actitud de humildad frente a los que saben más y tratar de profundizar nuestros conocimientos.

Mucho más porque estamos hablando de cosas superiores, de otro orden, como son las cosas de Dios. Es además una gran responsabilidad porque sabiendo podremos enseñar a otros, es decir podremos tener discípulos.

La vida espiritual es un proceso, que podríamos decir se acaba junto con nuestra vida física, del mismo modo deberíamos entender que conocer la Palabra de Dios, forma parte de ese proceso.

Salmos 119:73
Diego Acosta García

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