ASISTIR…

Hace unos domingos nos preguntábamos a qué íbamos a la Iglesia. Una pregunta que lejos de la retórica nos confrontaba con la realidad de nuestra vida.

Cuando extendimos a otras personas la inquietud, las respuestas fueron sorprendentes y no hicieron otra cosa que ahondar la preocupación inicial sobre la cuestión.

Nos dijeron que algunas personas asistían al Culto para reunirse con los amigos y escuchar el mensaje. Otros que a recibir. Otros que a cumplir con lo de los domingos.

Pero quizá la respuesta más sorprendente fue la de un hermano cuando dijo que iba al Culto porque era su obligación y de esta manera cumplía con su compromiso de creyente.

Volviendo a la pregunta inicial, porque asistimos al Culto, tal vez podríamos decir que todos los motivos que escuchamos ninguno se acercaba a lo que necesitaba o esperaba escuchar.

Pero la respuesta vino en el propio Culto. Cuando nos enteramos cuántos hermanos estaban pasando necesidades concretas, reales, difíciles, más graves que las dificultades normales en las familias.

También pudimos conocer las necesidades de la congregación. Entonces comprendimos que asistir al Culto, era ratificar nuestro compromiso no con una congregación ni con una Iglesia, sino con Dios.

2 Corintios 6:16
Diego Acosta García

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