AYUDA…!

He pensado largamente acerca de lo que ocurre cuando pido…ayuda!

Y vienen a mí memoria momentos de angustia, de miedo, de dificultad.

Entonces es cuando clamo a Dios por su Ayuda!

Entonces y solo entonces, vuelvo a pensar en su Amor y su Misericordia y me recuerdo de otros momentos y de otras demostraciones de Su Poder sobre mi vida.

El pedido de ayuda supone la plena aceptación de mi pequeñez y la humildad de reconocer que solo no puedo hacer nada.

La humildad abre el camino hacia la Ayuda del Eterno!

Por esta razón, cuando alguien nos pida ayuda, recordemos que no debemos sentirnos poderosos porque alguien esté necesitado de nuestro modesto esfuerzo.

Si somos humildes cuando pedimos ayuda, también lo deberemos ser la debamos brindar a quién la necesite.

Salmo 31:24

PT –  Esforçai-vos, e ele fortalecerá o vosso coração,

vós todos os que esperais no Senhor.

ES Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
y tome aliento vuestro corazón.

Diego Acosta / Neide Ferreira