Alemania ha comunicado oficialmente que su déficit presupuestario es igual a cero y que su tasa de desempleo se aproxima al valor técnico que se conoce como pleno empleo.
Viviendo en el país es innegable que resulta tranquilizador este anuncio porque a todos los humanos nos reconforta todo lo que tiene que ver con la economía.
También para quienes vivimos en el país, es una obligación de orar por sus gobernantes y por sus habitantes. Por cada uno de ellos, como nos manda la Palabra de Dios.
Pero en este clima tan especial es fundamental no olvidar a quienes están viviendo horas de angustia y de gran preocupación. En el continente europeo podemos mencionar a Ukrania.
En América, tenemos presente a Venezuela, donde acaba de morir una joven que se manifestaba ejerciendo su legítimo derecho a opinar públicamente.
Esta nueva víctima nos debe doler como propia. Como todas las víctimas, por cercanas o lejanas que estén geográficamente hablando. Todos tenemos la vida por la Gracia del Único que tiene Soberanía sobre ella.
Por esta razón alentamos a quienes lean esta carta a que participen de la cadena de oración que se ha iniciado en Venezuela. Oremos junto a ellos, pidiendo por los gobernantes y por la Misericordia para su pueblo.
Quienes viven en la tranquilidad que parece generar la bonanza de la economía alemana, también deben orar por los hermanos que están viviendo horas dramáticas.
Como oramos por Venezuela, también debemos orar por Ukrania o por los hombres y mujeres que ven peligrar sus vidas en la guerra de Siria. Oremos por todos los que viven con la angustia de ver cercana a la muerte!
Lloremos con los que lloran!
Muchas gracias y bendiciones.
Diego Acosta
