SIN DERECHO AL DESÁNIMO
Los hombres y mujeres que nos llamamos Hijos de Dios
no tenemos derecho al desánimo, porque nuestra propia vida es un testimonio del Amor y cuidado del Todopoderoso. Diego Acosta – DEVOCIONAL
Los hombres y mujeres que nos llamamos Hijos de Dios
no tenemos derecho al desánimo, porque nuestra propia vida es un testimonio del Amor y cuidado del Todopoderoso. Diego Acosta – DEVOCIONAL
PERSONAL
Cada vez que un Siervo parte hacia el Reino, se juntan y complementan dos ideas.
Una la muy humana de lamentar la pérdida, de saber que ya no tendremos más oportunidades de aprender con sus conocimientos. Y también con sus polémicas.
La otra la alegría de saber que el Siervo, está en el lugar al que todos anhelamos llegar.
La despedida del Dr. MacArthur, tiene el reconocimiento a la profundidad de su Sabiduría,
a la que solo se llega con años de estudios, dedicación y esfuerzos.
Aún desde la discrepancia, es importante reconocer y valorar a los hombres que han servido en un sentido superior, a difundir el Evangelio y a ayudarnos a profundizar
la Palabra de Dios.
Diego Acosta
DEVOCIONAL
En horas de padecimiento y clamando al Señor por su ayuda, vino a mí aquella frase que recibió Pablo cuando en una situación semejante pidió alivio para su aguijón: Bástate mi Gracia…
Cuando se vive la experiencia causa un cierto estupor que a un pedido de alivio, la respuesta sea esa,,, pero en el fondo y quitando cualquier intento de desdramatizar la situación, es una respuesta maravillosa.
Esa es la gran diferencia de cuando vivíamos en los crueles vaivenes del mundo. Sufríamos y no teníamos forma de recibir ni alivio ni mucho menos consuelo. Así fue como aprendimos que en ese mundo de promesas vanas, no hay nada que nos ayude cuando verdaderamente lo precisamos.
Por tanto apartando la queja de nuestra humana condición, demos Gracias al Todopoderoso por recibir su Consuelo y su Aliento. Nada hay más Poderoso que el Amor de Dios y la profunda Compasión de su Hijo.
En la hora del sufrimiento, recordemos las palabras que recibió Pablo: Bástate mi Gracia y cambiará nuestra perspectiva de la vida y pasaremos de las pequeñeces del mundo material y la Grandeza Infinita del Reino Espiritual.
2 Corintios 12:9
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Diego Acosta / Neide Ferreira
DEVOCIONAL
Una madrugada en la que no me sentía bien, pregunté al Señor que significaba sentirse bien o sentirse mal?
Y la respuesta que recibí no pudo ser más desconcertante.
Solamente aceptar…! lo que en la práctica interpreté que era obedecer Su Decisión, era de tener esas alternativas cambiantes de buenos y malos momentos, puesto que ninguno de ellos era de gravedad. Ni tan siquiera tenía el más mínimo dolor.
Varias horas después comencé a vislumbrar que lo que el Señor me había expresado, era que debía prepararme para una nueva forma de vivir, distinta de la anterior pero siempre bajo Su Autoridad.
Gradualmente fui entendiendo y recordando la importancia de la Obediencia porque es la que trae bendición a nuestra vida, a mí vida. El camino más seguro hacia la Bendición del Todopoderoso, comienza por la Obediencia.
De todo lo que ÉL dispone, lo que me gusta o lo que me disgusta, lo que me resulta agradable y lo que no me es placentero. Si lo acepto, entonces es verdad que habrá malos momentos, pero en ellos especialmente tendré el Consuelo que nace en la Bendición.
Con todo esto se puede concluir que debemos vivir como el Eterno quiere y no como a nosotros nos gustaría. Porque en un caso estaremos bendecidos y en el otro, librados a los crueles vaivenes del mundo.
Deuteronomio 11:27
La bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy.
Diego Acosta / Neide Ferreira
DEVOCIONAL
Hay momentos fugaces que a pesar de su brevedad, son lo suficientemente concretos como para convertirse en un serio llamado de atención.
Mientras trataba de profundizar en unos versículos bíblicos, me sorprendí mirando casi de reojo el reloj. En el acto aparté la Biblia a un costado y me puse a pensar en lo que había ocurrido.
Por qué el simple gesto de mirar las manecillas de un reloj, me había perturbado al punto que no pude seguir leyendo la Palabra de Dios? No sé cuánto tiempo me llevó dedicarme a analizar lo ocurrido.
En realidad era pensar en lo que me había ocurrido, a título personal y sin ninguna clase de escapatoria o argumentos para tratar de justificarme. Y cuando comencé a percibir a donde me llevaban mis reflexiones me dió mucha vergüenza.
Me había permitido la torpeza de tratar de medir el tiempo que le dedicaba al Señor, olvidando que ÉL está siempre conmigo, a cada instante, aún mientras duermo. Y el sentimiento de bochorno llenó por completo mi mente y mi corazón.
Un pequeño mortal pecador como yo, estaba valorando cuánto de mi tiempo le estaba dedicando al Todopoderoso, como si cualquier otra cosa que hiciera pudiera ser más importante.
Pedí perdón al Creador y humildemente volví a leer los versículos que sí resultaron más valiosos, que el tiempo que les podía haber dedicado.
Salmo 44:8
En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah
Diego Acosta / Neide ferreira
DEVOCIONAL
En los momentos difíciles que todos tendremos, con absoluta seguridad, es necesario no perder el fundamento de nuestro llamado.
Abraham esperó durante muchos años el cumplimiento de la promesa hecha por Jehová relacionada con su paternidad. Es verdad que tuvo su hora de flaqueza, pero Dios conocía su corazón y fué fiel hasta darle a su hijo Isaac.
Moisés recién a los 80 años fue instrumento del Todopoderoso para sacar a su Pueblo de Egipto y a pesar de sus dudas e incluso de su problema para comunicarse, tuvo la honra de ser uno de los hombres mayores de Israel.
En el tiempo de la duda, me animo recordando lo enseñado en la Palabra de Dios, de que siempre sus Propósitos se cumplen en su tiempo y a su modo y a veces a pesar de nuestra propia incredulidad.
Y bien cabe recordar a Noé que durante más de un siglo soportó ser tomado por loco o fantasioso, mientras ejecutaba la orden de Jehová de construir un Arca para ser salvado del Diluvio con el que castigó su Creación.
Estos hombres tienen en común que de maneras diversas supieron que debían perseverar con Confianza, esperando que lo prometido fuera una realidad en sus vidas. Sabiendo que no soy perfecto, solo confío en quién me ha dado la Vida.
Salmo 55:23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquellos al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; Pero yo en ti confiaré.
Diego Acosta / Neide Ferreira
DEVOCIONAL
Recuerdo que cuando era niño había una frase que parecía sintetizar no sólo una forma de vida sino también un objetivo fundamental para tener como una especie de bandera.
Esa frase era: Defensa del buen nombre y honor…y por esas palabras se contaba que incluso en un pasado más o menos reciente se habían registrado duelos e incluso hasta muerte en ellos.
Luego del maravilloso encuentro con el Señor, este recuerdo parece imposible que sea parte de mi memoria infantil, pero eso era lo que se decía y lo que se buscaba practicar.
Había gente sensata que afirmaba que no todos los que defendían el argumento, tenían buen nombre y mucho menos honor. Y seguramente eso se aproximaba más a la realidad.
Tengo la certeza que tanto una cosa como la otra carecen de todo sentido, si provienen de otros hombres y que lo único que es deseable es el reconocimiento del Dios Todopoderoso.
Todo lo demás es un refugio mundano, para ocultar las miserias o para justificarlas, tratando que los demás miembros de la sociedad, no se enteren o no se percaten de esa penosa forma de vivir.
La honra es la que el Señor nos concede!
Jueces 9:9 Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?
Diego Acosta / Neide Ferreira
DEVOCIONAL
Con gran desconcierto un amigo comentaba como su esposa que había sido sanada en Nombre de Jesús, había vuelto a recaer y además se encontraba peor que antes.
¿Qué había pasado?
No tenía poder la Sanidad en el Santo Nombre?
Por qué esa mujer había recaído con tanta dureza?
Estas preguntas me hicieron reflexionar profundamente, porque afectaban incluso mi propia confianza en el Hijo de Dios. Pero el Espíritu siempre nos ayuda cuando lo invocamos para resolver situaciones tan complejas.
O para aclarar qué había pasado con esta mujer que fue sanada y de pronto volvieron sus dolores, peores, porque no solo su cuerpo era el sufriente sino también su espíritu porque las dudas también la estaban atormentando.
Lo ocurrido era tan simple como que la mujer había dudado de la Sanidad que había recibido milagrosamente, pensando sobre si le volverían los atroces dolores que la hacían padecer.
En el fondo se trata de algo tan simple y tan definitivo, como creer o no creer. Si tenemos confianza en el Poder de Jesús para sanarnos o si pensamos que puede ser eficaz en un determinado momento y que luego todo volverá a lo de antes.
Cada uno debe responder a la gran cuestión: creo o no creo…
Marcos 9:23
Diego Acosta / Neide Ferreira
Cuando Dios Creó la primera mujer la llevó hasta Adán,
en la que fue la primera boda de la historia. Hombre y Mujer, forman el Matrimonio de Dios.
Diego Acosta – MENSAJE
DEVOCIONAL
Si tuviéramos que optar, siempre preferiríamos ser un árbol robusto y frondoso que un modesto junco, por ejemplo. Todos deseamos ser más y no ser menos, aunque de elementos de la naturaleza se trate.
Rara vez pensaríamos que un árbol pierde sus hojas, se puede ver abatido por la fuerza de un viento huracanado o también diezmado por las necesidades de los hombres, que lo cortarían de raíz para utilizar su tronco.
En cambio el junco en su modestia, sí que es capaz de enfrentarse a los vientos por furiosos que sean o también podrían soportar el aumento de las aguas que hasta lo pueden sumergir.
Esto demostraría que muchas de nuestras decisiones están fundadas en lo aparatoso o lo llamativo, y casi nunca en verdaderas razones. Podríamos creer que obrar de esta manera es propio de nuestra especie, que está por encima de todas las Creadas.
Las falsas creencias nos llevan a cometer errores que luego lamentaremos, porque no todos podemos ser árboles ni todos podemos ser juncos. Es Dios quién toma las decisiones.
No nos dejemos engañar por nuestros sentidos y estemos alertas a lo que se haya dispuesto para nuestra vida. No anhelemos ser más ni temamos ser menos. Anhelemos Su Decisión.
Proverbios 16:33
Diego Acosta / Neide Ferreira