SOLA Y BORRACHA

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Con respecto a «sola y borracha quiero llegar a casa» Solo puedo decir que como madre y abuela no las quiero ver llegar en ese estado.
Me gusta pensar que sale y se divierte y si no quiere compañía masculina que lo haga con sus amigas, y que juntas se rían y vivan experiencias que compongan la historia de sus vidas. Si tienen que beber algo que lo hagan con prudencia sabiendo que el alcohol perjudica su salud y que si no lo hace con moderación puede perder la consciencia y puede vivir momentos delicados, que si bebe no puede conducir ya que peligra su vida y la de otros y que quedarse sola y borracha puede atraer a algún cazador de vidas humanas sin escrúpulos y que salen a buscar chicas sin protección ( solas) y si además están inconscientes, sin reflejos y mermadas sus facultades ( borrachas) aprovecharán para sacar sus instintos más despreciables y aprovecharse de ella.
Creo que las madres tenemos que enseñar a nuestras hijas, que la libertad que hemos alcanzado en años de lucha nos permite a las mujeres hacer muchas cosas pero con sabiduría y prudencia. Que emborracharse y llegar sola a casa no es ni una ventaja, ni un logro.
Nuestras hijas y nietas tienen que saber que siempre hubo y hay lobos voraces, asesinos, violadores sin escrúpulos y también golfos muy torpes que salen y se piensan que todas las flores del campo son para tomar. También tienen que saber que no todos los hombres son así, que hay buenos hombres, respetuosos y que no van abusando de las mujeres. Nuestras hijas y nietas tienen que saber vivir sin dejarse abusar y sabiendo evitar los peligros pero también sin abusar ellas.
La lucha de las mujeres por conseguir metas, por avanzar en la igualdad de puestos de trabajo, salarios, en la paridad en el trabajo doméstico y la crianza de los hijos no se consigue con un lema, se consigue trabajando, estudiando preparándose para optar a puestos de trabajo que nos han estado vetados. Tenemos ejemplos de mujeres ilustres que han conseguido logros a base de esfuerzo y dedicación, estoy segura que ellas para sentirse libres no tomarían tal lema para defender sus derechos.
Como soy madre de chicas y chicos sufro mucho cuando alguien ataca a mis hijas pero sufro también cuando atacan a mis hijos, cuando alguien insinúa que todos son violadores y asesinos. En mi casa mi esposo es un gran hombre y mis hijos también, estoy segura que si cualquiera de ellos se encontrará con una mujer sola y borracha nunca le harían nada en todo caso la ayudarían si lo necesita.
Hay mucho que hacer y que conseguir no enfanguemos los logros conseguidos ni tampoco tengamos a nuestras jóvenes por tan mediocres que solo se sientan iguales al hombre y seguras si pueden llegar solas y borrachas a su casa.

Lourdes Diaz

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CORAZÓN MALO

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

MENSAJE

Hablando con un hermano sobre las cosas de Dios, llegamos a una sorprendente pregunta: Por qué los hombres aplicamos nuestros talentos para hacer el mal y no para hacer el bien?

Un cuestionamiento que nos dejó perplejos, no porque resultara novedoso, sino porque abría a su vez tantos interrogantes, que resultaba difícil formarse una idea de lo que ocurriría si esa situación pudiera cambiar.

La Biblia nos advierte acerca de nuestro corazón, como es engañoso, primero para nosotros mismos y luego para quienes nos rodean. Así podríamos comenzar a entender por qué somos mentirosos, arteros, infieles e incluso con una alta dosis de perversión.

Todo esto resultó muy difícil de asumir, porque tanto el hermano como yo, nos veíamos reflejados en los conceptos que iban definiendo la condición de nuestro propio corazón y por extensión, al de otros hombres.

Bien podríamos decir que somos hacedores de maldad!

Aun sabiendo que somos malos persistimos en nuestras actitudes, desafiantes y hasta orgullosos de nuestras capacidades aplicadas al engaño, a la maquinación innoble, sirviendo tal vez sin desearlo a los propósitos de nuestro enemigo.

El Eterno nos ha dado dones y talentos para servir al prójimo, no para servirnos de él y mucho menos para agraviarlo o hacerle daño. Pero esto es lo que hacemos, aunque muchas veces nos admiremos por el ingenio de los hechos malos que muchos hacemos.

Si fuéramos capaces de revertir esta forma de comportamiento, como cambiaría todo, el mundo sería diferente y el enemigo sería vencido por nuestros buenos hechos.

Pero la Biblia nos advierte acerca de nuestro corazón!

Tal vez en esta contradicción, es posible que comencemos a entender el significado profundo que tiene el bautismo, cuando nacemos como hombres y mujeres nuevos, dejando atrás el pasado que nos condenaba.

Si verdaderamente no nacemos de nuevo y nos convertimos en niños delante de Jesús, seguiremos corriendo el riesgo de volver al pasado dominado por nuestro hombre sujeto a las pasiones y esclavo de las prédicas perversas del mundo en el que vivimos.

Esta es la gran decisión!

La Salvación nos es entregada por Gracia para servir, que es el comienzo de las obras de fe, sobre las que nos enseñó Pablo. Si nuestros hechos son diferentes, es porque no hemos sido capaces de luchar contra nuestro corazón malo desafiando al Poder del Espíritu Santo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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CRECER

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

MENSAJE

Así como en la vida natural estamos en continuo proceso de crecimiento, en la vida espiritual debemos hacer exactamente lo mismo.

Pablo nos advirtió que no podemos ser siempre criaturas, sino que deberíamos acompañar la profundización de nuestra relación con Dios, en la medida en que profundizamos nuestros conocimientos sobre ÉL.

Con todo lo que tienen de lógica estas cuestiones, no siempre las entendemos y por consiguiente, tampoco las aplicamos. Lo que resulta evidente es que lo que se espera de nosotros es que seamos fieles en esta parte de nuestra vida de creyentes.

Cuando fuimos niños nos ayudaron, nos cuidaron y nos dieron las primeras lecciones. Es necesario que recordemos esto para tener actitudes buenas hacia quienes están comenzando el mismo proceso que iniciamos hace años.

Esta prudencia debe aplicarse especialmente en las congregaciones, en las que se registra un ingreso continuado de personas, que aceptaron a Jesús como su Señor y Salvador.

Cuando pienso en esta cuestión, tengo un especial agradecimiento a la mujer que Dios encomendó los primeros tiempos de mi conversión, porque fue gracias a ella, que el cambio en mi vida pudo dar frutos.

Lo sorprendente de este recuerdo, es que no está relacionado con las cuestiones gratas entre maestra-discípulo, sino que está vinculada con la dureza que a veces ella empleó en la enseñanza.

Recuerdo que una vez me dijo que ya no iba a orar más por mí, afirmación que me causó una profunda impresión e incluso una también profunda desilusión. Sin embargo, su condición de vieja maestra, le permitió abordar el tema para que la relación continuara y también mi necesario crecimiento.

Ella me dijo simplemente: Te ha molestado lo que te dije, verdad? Pero sí no lo hacía así, estarías siempre buscando intermediarios en tu relación con el Señor y ÉL no quiere eso. Desea que cada uno le hable, le honre, para que pueda obrar en tu vida. Dios no quiere intermediarios!

Así fue como comencé a crecer, de forma inesperada y gracias a esta lección de sabiduría que mi maestra me dio. La vida espiritual, no se corresponde con la física.

Cuando envejecemos, nuestro cuerpo lo evidencia. Pero en nuestra relación con Jesús, siempre deberemos ser como niños, porque así nos podremos postrar ante su Majestad, con temor y temblor, pero sin ninguna clase de miedos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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HACEDORES

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

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Pablo nos enseñó que debemos actuar como creyentes haciendo obras que demuestren nuestra fe.

Esta cuestión esencial es la que pone en evidencia que realmente somos hombres y mujeres nuevos, nacidos tras el bautismo, en el que demostramos públicamente nuestra aceptación del Señor como nuestro Salvador.

Con estos sencillos argumentos debemos mostrarnos al mundo como ejemplos vivientes de la transformación que ha cambiado nuestras vidas, en cosas tan evidentes como nuestro comportamiento, nuestra actitud, nuestra vocación de servir al prójimo.

Frente a estos planteamientos podemos analizar otra clase de situaciones, principalmente las que se verifican en muchas congregaciones. Según Pablo somos hacedores de obras que muestran nuestra fe.

Pero esa forma de obrar, se transforma en un vértigo de actividades que convierten a las iglesias en auténticos ámbitos donde pareciera que quienes no participen o lo hagan con menos intensidad, son menos creyentes o tienen una fe no tan grande.

Es esto correcto?

De ninguna manera. Pablo no nos demandó ser hacedores frenéticos, nos habló de que debemos de hacer obras, pero no convertirnos en máquinas que están siempre en movimiento.

Podría entenderse esto como una crítica, pero nada es más alejado de la intencionalidad con que ha sido formulada la idea. El propósito es llamar la atención sobre este frenesí de hacer cosas, todos los días a ser posible.

Las congregaciones tienden a mostrar su nivel de actividades como una medida de la fe que las mueve, pero esta afirmación es muy discutible, si la interpretamos con otra forma de entender la vida de creyentes.

Servir al prójimo, SÍ. Servirnos del prójimo, NO. Pero esto es diferente de caer en el frenesí de ocupar todos los días con actividades, que tal vez lo que demuestran en la voluntad de exhibirse como hacedores.

Y tal vez lo más importante: Qué tiempo le dedicamos a nuestra relación como congregación con el Señor?

Las actividades son buenas y necesarias, pero es fundamental que se vean respaldadas por tiempos preciosos de oración y comunión con el Eterno, porque entonces sí verdaderamente podemos crecer como hacedores de la fe.

Reflexionar sobre esto, puede parecer frustrante, porque significaría que estamos abandonando las actividades que nos tienen ocupados constantemente, pero el frenesí no es sinónimo de relación con el Señor.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EM NOME DE JESUS

 

 

 

CONGREGAÇÃO SÉTIMO MILÊNIO

 

Em Nome de Jesus, mesmo?

“..seja o que for que vós pedirdes em meu Nome..” João 14:11

Aprendemos que sempre que orarmos devemos fazer em Nome de Jesus. Claro que sim.

Usamos sempre a repetição do começo e final de uma oração: Senhor, te peço……, em nome de Jesus, Amém. Será que sentimos como se Jesus estivesse falando com o Pai?

Realmente nos colocamos no lugar de Jesus para usar o Seu nome?

E o que significaria isso?!

Intimidade, relacionamento, afinidade, rendimento, entrega, pertencer, etc. (uma infinidade de etc.)

NO MEU NOME, representa quem sou, como se você fosse eu! Representante da minha pessoa, com uma procuração outorgada pelo Pai que é o meu “Tutor legal”.

Não basta com chegar na frente da batalha e falar: em Nome de Jesus! O inimigo vai falar: ok, mostra tua identidade/credencial, onde está tua bandeira?

Os soldados e militares usam uniforme para serem identificados.

Funcionários usam uniformes para poderem ter acesso a áreas restritas.

Para ter autoridade é necessário ter identidade.

Para usar um nome é necessário conhecer a pessoa e ter intimidade.

Trabalho com minhas irmãs usando o nome delas, as credenciais dos programas que elas usam e confiam que vou seguir as mesmas regras que elas. Afinal eu estou usando o seu nome.

O mesmo acontece com Jesus, Ele nos permite, concede a honra de usar o Seu Nome, porque deseja que tenhamos essa confiança e intimidade com Ele. Que o que vamos falar esteja de acordo com o que Ele fala. Que a nossa atitude seja a mesma que a Dele.

Queremos ser atendidos cada vez que oramos e usamos o nome de Jesus, mas não queremos nos deixar a nossa “glória” (conforto, vontades, exigências, tesouros guardados na alma) para que a Sua Glória resplandeça, para que o Pai seja Glorificado. Jesus completa o versículo acima falando que isso deve ser feito para que o Pai seja Glorificado!

Quero deixar um desafio:

A próxima vez que você falar: Em Nome de Jesus! Pense se realmente se Jesus falaria ou agiria como você!

O Nome de Jesus é Poderoso, Sua Palavra é espada de dois gumes.

Elié Ferreira

DIVERSIDAD

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Curiosamente una empresa comercial lanzó imágenes que alientan lo que se ha dado en llamar la diversidad, que no es otra cosa que cambiar el sentido de la Creación.

No se pueden decir las cosas con más rotundidad. Lo sorprendente es como a la campaña contra la condición de Varón-Varona, Hombre-Mujer,  tiene también soportes comerciales.

Podemos afirmar que el fin de los tiempos está cada día más próximo, por cuanto el mal también cada día gana batallas con los incrédulos, con los que alegan ignorancia y también por el silencio culpable de quienes pudiendo hablar, optan por el silencio.

Podemos imaginar a Jesús en su Ministerio terrenal, ignorando esto que está ocurriendo con la diversidad?

Podemos imaginar que hablara de otros temas, en lugar de hablar con decisión sobre esta cuestión?

Puede que para muchas personas esta referencia a Jesús pueda ser exagerada, pero se trata de que el Hijo del Hombre, siempre defendió a los débiles, a los más propensos a los ataques del enemigo.

Y por qué defendemos a los débiles?

Sencillamente porque en lugar de ser los protagonistas, son los damnificados principales de la campaña a favor de la diversidad, que precisamente dirige su acción hacia quienes tienen menores posibilidades de defenderse.

Viendo las imágenes de la campaña comercial a favor de la diversidad, no pude menos que pensar que está ocurriendo? Que está sucediendo en el tiempo en el que me toca vivir?

Porque este tiempo también es el tiempo de nuestros hijos, de nuestros nietos, de nuestra descendencia. Y si no advertimos que es así, tal vez no tengamos derecho ni a lamentarnos o como hacemos la mayoría de las veces atribuir la maldad al Eterno.

No tengo ni tenemos margen para disimular nuestra complicidad o para justificar nuestra indiferencia. La cuestión de alentar a los jóvenes a cambiar el sentido del sexo de su nacimiento, es una cuestión fundamental.

Dios estableció nuestra condición de hombre-mujer, con el propósito de garantizar la continuidad de la especie. Macho-hembra, para garantizar la continuidad de todas las especies.

Por eso la diversidad es un desafío innoble y peligroso a la Soberna Voluntad del Creador y pone en peligro a nuestros hijos y nos deja en evidencia ante ÉL, con nuestra cobarde complicidad.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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DESCONCIERTO

DESCONCIERTO

Las personas que padecemos de vértigo, que somos muchos, sabemos que una de las reacciones que produce el mareo es una especie de irrealidad, porque lo que se percibe es como si todo girara alrededor de uno.

Esta sencilla explicación tiene que ver con una percepción que se puede hacer de todo lo que leemos, vemos o escuchamos, acerca de lo que ocurre en el mundo.

La vertiginosa fluidez e información sobre los más diversos hechos, produce en determinados momentos, una sensación parecida a la del vértigo.

Incluso, llegando a uno de sus niveles más altos, cuando se percibe como real el desconcierto hacia las distancias e incluso hacia el propio tiempo, el que medimos con los relojes.

Desconcierto. Esta es la palabra que viene a mi memoria, cuando hablo del vértigo, en los días en que me encuentro un poco peor que otros, a pesar de saber cómo afecta mi cuerpo.

Se habla al utilizar esta palabra, hasta de descomposición del propio cuerpo, algo que no he llegado a experimentar pero que sí tiene que ver con la complejidad de las reacciones sobre los acontecimientos de nuestro tiempo.

Jesús nos advirtió que veríamos cosas tremendas, pero que todavía no sería el fin. Un mensaje apocalíptico, pero que tiene que ver con lo que está ocurriendo.

Estamos perdiendo las referencias con casi todas las cosas. A lo que siempre lo consideramos bueno, ahora vamos menguando esta certeza y casi hasta lo podríamos llamar malo.

A lo que era perfectamente blanco o negro, ahora lo hemos hecho ingresar en una zona de grises, en donde se confunden los hechos verdaderos con los que no lo son.

Predicamos un Evangelio, que solo tiene en común el nombre, con el enseñado por Jesús. Estamos viviendo los tiempos del dinero, el tiempo del dios Mammón, a pesar de la advertencia bíblica acerca de que es el origen de todos los males del hombre.

Este es el desconcierto en el que vivimos. El día se está volviendo noche y las tinieblas prevalecen cobijando al mal, que cada vez es más victorioso según lo anunciado por las profecías bíblicas.

Nos falta un punto de referencia, como en el vértigo. Si fijamos la mirada en un punto, pareciera que todo vuelve a su orden natural. Si fijamos la mirada en Jesús, volveremos a la Luz que estamos necesitando.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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REPETIDAMENTE

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Jesús nos dejó una maravillosa lección y la regla de oro con relación a la oración: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

En un sentido literal todos comprendemos lo que el Hijo del Hombre nos quiso enseñar y para que lo tuviéramos en cuenta, en cada circunstancia de la vida.

Esta lección que podemos leer en los Evangelios de Mateo y de Lucas, nos abre la perspectiva acerca de la importancia que tiene la oración, en los momentos cruciales.

O cuando liberamos delante del Príncipe de Paz, los anhelos que están en nuestro corazón y los exponemos con la mayor claridad, en los momentos de máxima intimidad.

Cada vez que se nos exhorta a leer con profundidad y detenimiento la Palabra de Dios, se nos está indicando que si renovamos cotidianamente nuestra relación con el Creador, estaremos más cercanos a ÉL.

Y se nos abrirán nuevos horizontes espirituales con las revelaciones que solo ÉL nos puede conceder como una Gracia maravillosa. Pensando en todo esto, puedo afirmar que recibí una sorprendente versión a través de una persona muy amada.

Ella me comentó que el Señor le había señalado que aquello de pedir, buscar y llamar, adquiría una nueva dimensión cuando lo hacemos de una manera diferente.

Se trata de hacerlo un día y otro día, sin desmayar y esperando confiadamente la respuesta a nuestras oraciones. Por qué? Porque si obramos de esta manera estamos superando esa actitud tan humana de sentirnos frustrados ante el supuesto olvido de Dios.

Esa es la gran cuestión: El abatimiento sobreviene el día en que luego de orar, el enemigo comienza con sus engaños y mentiras y nos va quitando primero la paz y luego la confianza, que debería ser indeclinable hacia el Eterno.

Si somos además de perseverantes, insistentes con nuestras oraciones, mantendremos viva la esperanza y también la fe en que siempre habrá respuesta para aquello por lo que oramos.

Aunque a veces lo que recibamos no nos guste o no sea lo que esperamos, pero sabiendo que lo que Dios nos hable, SIEMPRE será lo mejor para cada uno de nosotros.

Esta lección la he aprendido y la pongo en práctica, repetidamente, con fe y con constancia.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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SUCEDÁNEO

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A veces para poder ejemplificar una situación es válido utilizar algunas palabras que por su significado, aportan claridad a los conceptos más complicados.

O para decirlo de otra manera, para tratar de explicar o entender algunos comportamientos, podríamos utilizar una palabra que por su origen ayuda a clarificar.

Esta suerte de introducción tiene que ver con la forma en que se enseña y practica el Evangelio que vino a proclamar al mundo, Dios hecho Hombre, Jesús.

Tanto hemos diluido sus conceptos fundamentales que bien podríamos decir que estamos frente a auténticos sucedáneos. Y que son los sucedáneos?

La respuesta que encontramos en el diccionario dice: De una sustancia: Que, por tener propiedades parecidas a las de otra, puede reemplazarla. Si la aplicamos al Mensaje de Salvación nos sorprenderemos.

Cada vez más se predica con tal levedad la enseñanza del Hijo del Hombre, que hemos entrado en auténticas zonas grises, donde cada vez se difuminan más lo que es bueno y lo que es malo.

El concepto de pecado se relativiza e incluso se le buscan otros nombres, para que no hieran la sensibilidad de los creyentes, que puedan encontrarse viviendo situaciones contrarias a lo enseñado en la Palabra de Dios.

Justificamos lo injustificable a través de palabras que diluyen la responsabilidad ante las malas acciones y pretendemos encontrar atajos que nos lleven a un final más o menos adecuado.

Ahora se entiende que un hombre y una mujer vivan juntos sin casarse y lo llamamos de distintas maneras, sin tratar de llegar al verdadero fondo de la cuestión.

Del mismo modo algunas congregaciones aceptan los casamientos de hombres con hombres y de mujeres con mujeres, olvidando que el lugar de culto es el lugar de reunión de los templos santos que deberían ser cada uno de los congregados.

Tengamos cuidado con los sucedáneos, porque tras ellos está el padre de la mentira y el engaño, que aprovecha todas las circunstancias para medrar en contra de los débiles de la fe a través de los mercaderes del Evangelio.

Recordemos que Jesús nos anunció que venía a servir y no a ser servido y esto lleva implícito, a que el servicio supone lealtad primero con Dios y luego con los creyentes que creen estar escuchando la voz del Buen Pastor.

Diego acosta / Neide Ferreira

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EL QUE MIRA…

 

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Se cuenta que un pescador llegó hasta la orilla del mar y lanzó su anzuelo y al poco rato, llegó un hombre que se sentó y pasó largo tiempo mirando lo que sucedía.

Al cabo de varias horas de infructuosos intentos, el pescador decidió poner fin a la pesca, guardó cuidadosamente todo lo que había traído y se alejó de la orilla.

Cuando pasó al lado del hombre que lo había estado mirando, este  le dijo: Que frustración, tantas horas de pesca y para nada. El pescador le respondió: La frustración debe ser la suya, horas sin hacer nada…yo por lo menos lo he intentado. Y se alejó.

Esta historia me hizo recordar algunos pasajes de mi propia vida. Incluyendo la época en que era un simple espectador, con el agregado de que además era un fuerte crítico de lo que hacían los demás.

Y profundizando en el tema, me vino a la Memoria lo relacionado con el Espíritu Santo. Solo cuando comprendí la magnitud de su Poder, fue cuando verdaderamente cambiaron mis actitudes.

Durante bastante tiempo, consideré que el Mandato de Jesús de predicar el Evangelio, no era para mí, porque nunca tuve la certeza de que tuviera el llamado para ser evangelista.

Pero esta conclusión no fue otra cosa que una trampa diabólica en mi vida, sencillamente porque hay muchas formas de evangelizar y con ese engaño de la falta de llamado, yo no había puesto en práctica ninguna.

Puedo evangelizar sin hablar, con mis actitudes, que tal vez sea lo más difícil de hacer, pero es la forma que nos permite llevar la Palabra de Salvación todo el tiempo, a cada momento, en todas las circunstancias.

Simplemente con ceder el asiento a quién lo necesite, estoy evangelizando porque siempre hay quienes advierten este tipo de actitudes. Y de esta manera, permitimos que el Espíritu Santo complete su Obra.

ÉL es el que convence, ÉL es el que toca los corazones,  ÉL es el que actúa en la mente y el entendimiento de las personas, que recibieron el Mensaje de cualquiera de las maneras posibles.

Hagamos como el pescador que lanzó el anzuelo y dejemos que el Espíritu transforme las vidas. No seamos solamente…el que mira, porque es la más triste de las formas de vivir. Y la peor forma de presentarnos ante Jesús.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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