DRAMA

Cuando vamos al cine nos sumergimos en esa oscuridad cómplice y participamos de los dramas que afectan a otras personas. Y cuando salimos volvemos a nuestra realidad.

Dejamos atrás el drama que hemos visto y nos ocupamos de nuestros asuntos, porque al fin de cuentas pareciera que el drama de los demás no debe formar parte de nuestras preocupaciones.

Podríamos decir que hemos tomado el drama que viven otras personas como una forma de diversión que tiene muchos atractivos, porque hasta podemos llorar pero sin que nos sufreafecte.

Es bueno o es malo que ocurra esto? La respuesta no puede ser más categórica. No es malo, es muchísimo peor porque con estas actitudes no estamos cumpliendo el mandato de Jesús de amar a los demás.

Incluso si pensamos con detenimiento en esta situación advertiremos que si tenemos dramas personales, de esos dramas se ocupa el Señor quién nos entrega su Amor y su Consuelo.

Pero que ocurre con quienes no conocen al Señor y tienen dramas en sus vidas? Sencillamente que nadie se interesa por ellos y es precisamente en esa circunstancia que está nuestra falta.

Debemos entender que el Amor verdadero es el que nos debe llevar a ocuparnos de los dramas de otras personas, para que ellos también reciban el Amor que recibimos cuando tenemos los propios.

Isaías 57:18-19
Diego Acosta García

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