EL EQUILIBRIO PELIGROSO

De cuando éramos niños uno de los espectáculos más asombrosos que recordamos es la actuación de unos equilibristas alemanes, que cruzaron caminando sobre un cable por una altura de vértigo.

Quizás la altura no haya sido tan grande como nuestra mente lo imaginaba, pero si era lo suficientemente importante como para que alguien que se cayera perdiera la vida.

Precisamente en eso consistía todo el atractivo del espectáculo que se desarrollaba muy lentamente, como lentos eran cada uno de los pasos que daban aquellos hombres que arriesgaban su existencia por dinero.

Desde entonces el equilibrio siempre nos ha llamado la atención, tal vez porque sin darnos cuenta, comparamos cualquier situación con aquellos hombres que miraban la tierra desde lo alto, con el peligro de perderlo todo.

No es esta también la forma en que vivimos? Haciendo peligrosos equilibrios entre lo que nos manda nuestra fe y lo que nos permitimos hacer al margen de ella.

Como casi todos los equilibrios, tienen un enorme peligro, porque ponemos en juego no solo nuestra vida finita sino que arriesgamos la promesa de vida Eterna que recibimos.

El equilibrio puede resultar un espectáculo muy atractivo porque genera una tensión tremenda, pero seamos conscientes que el equilibrio de ninguna manera nos debe tener por protagonistas. No estamos llamados a ser equilibristas!

Deuteronomio 29:9
Diego Acosta García

Deja una respuesta