EL ESPEJO DE DIOS

En su infinita misericordia Dios nos revela en cualquier momento o en cualquier circunstancia, cuestiones que son fundamentales para nuestra vida de creyentes.

Esto significa que debemos estar atentos a escuchar su Palabra que no tiene la grandilocuencia que podamos imaginar, pero que sí tiene la Grandeza que solo puede provenir de Él.

Estas palabras se originan recordando un precioso momento en el que conversando  acerca de las cosas de Dios, por su Gracia recibimos una revelación notable.

Una persona comentaba que nosotros debemos influir en la sociedad y no permitir que el mundo se apropie de nuestra formar de actuar o de considerar las circunstancias que nos rodean.

Mientras hacía estas afirmaciones y siguiendo con la línea de pensamiento dijo: porque así como nosotros debemos ser semejantes a Jesús, el Hijo es el espejo del Padre y refleja su grandeza.

En otras palabras: Jesús es el espejo de Dios. Por esta razón influenció en el mundo de su tiempo terrenal y a todas las generaciones que le siguieron transformando vidas, sanando trayendo la Salvación. Y nosotros debemos ser espejos de Jesús!

Agradezcamos esta revelación que no es patrimonio de nadie sino un presente de bendición para todos los que nos llamamos hijos del Altísimo, porque por su Gracia podemos crecer espiritualmente.

Gálatas 1:12
Diego Acosta García

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