ME EDIFICA, ME SERÁ BUENO?

Se cuenta que en una familia la madre siempre le decía a sus hijos, que antes de hablar pensaran bien lo que iban a decir para evitar que pudieran hacer daño o hacerse daño.

La madre cuando alguno de sus hijos se acercaba para contarle algo que había ocurrido o que habían escuchado, les preguntaba: Me edifica lo que vas a decir, me será bueno?

Los hijos durante bastante tiempo reaccionaron mal frente a esta actitud de su madre, a la que calificaban de frustrante y también de castradora por evitar el diálogo entre padres e hijos.

No obstante estas duras afirmaciones la madre siguió perseverando con su posición, logrando que en la casa rara vez se comentaran hechos o dichos que afectaran la vida espiritual de la familia.

En otras palabras: la madre se colocó en la peor de las posiciones con relación a los hijos, pero perseveró en su firmeza de enseñarles las consecuencias de lo serio que es hablar de más.

Como es natural con el paso de los años los hijos fueron comprendiendo la actitud de su madre y cuando fueron responsables de sus propios hijos, tuvieron una sólidos principios para educarlos.

No tengamos miedo a asumir determinadas actitudes, siempre y cuando que estén bien inspiradas, para formar con firmeza a nuestros hijos de acuerdo a lo que nos enseña la Palabra de Dios.

Proverbios 24:3
Diego Acosta García

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