LA BIBLIA ENSEÑA / II
Desde siempre el Dios Trino contempló a los seres vivientes como la demostración de su propia Grandeza y al hombre, como la Creación a su semejanza.
La caída de los primeros padres, determinó el Plan de Salvación, que desde la Eternidad fue trazado para rescatar a los hombres de su propia maldad.
El Antiguo Testamento es el compendio de todas las situaciones que fueron formando el grandioso Plan de Salvación, que se concretaría con el Advenimiento de Jesús, con su muerte y gloriosa Resurrección.
Solamente queda pendiente de concreción de los Textos Sagrados, el Segundo Advenimiento de Jesús como Rey y su reinado milenario, como se nos ha revelado en el Libro de Apocalipsis, por inspiración del propio Hijo del Hombre.
El Soberano tuvo en un hombre, en Moisés, a su gran revelador y por eso es el más grande de todos los profetas. Basta advertir lo impresionante que resulta la vida de Moisés, ya que fue quién anuncióadvirtió a su pueblo, que luego de la liberación de la cautividad de un pueblo pagano, los egipcios, serían nuevamente esparcidos entre los paganos por apostatar del Señor. Y que la Tierra de la que tomarían posesión, sería dejada en ruinas.
Moisés fue el hombre que tuvo la inimaginable carga de ser el liberador, el profeta y también el legislador del Pueblo que sería bendición para todas las naciones, según la promesa que le hizo a Abram, a quién se llamaría luego Abraham.
Moisés tuvo además la responsabilidad de escribir los cinco primeros Libros del Antiguo Pacto, porque seguramente no había otro hombre como él, que fuera capaz de comprender por experiencia personal, los hechos extraordinarios que en ellos se narran.
Colocarse frente a la Biblia, es una tarea que supera el talento y la capacidad de los hombres. Solo por la Gracia, seremos capaces de acercarnos a la Verdad que Dios nos ha revelado en ella.
Diego Acosta