ENSEÑAR


Una de las tendencias que está marcando el mundo, es la de que los padres deben ser amigos de sus hijos. Una idea que es presentada como moderna y superadora de antiguos conceptos.

Esta propuesta tiene su punto de seducción en los padres a raíz de que muchos de ellos prefieren asumir esta nueva situación y no la que deberían en su condición de progenitores.

Podemos comprobar cómo poco a poco los padres resignan su responsabilidad de enseñar a sus hijos, entendiendo que es una opción válida y sobre todo muy de avanzada.

Sin embargo la cuestión no es como se la presenta. Los padres tienen la obligación de enseñar a sus hijos. Pero esta no es una opción, es un mandamiento.

Quienes viven con el modernismo a cuesta, seguramente argumentarán que esa idea pertenece al pasado y que ha dejado de tener validez. Creemos que en el fondo este argumento es fácilmente rebatible.

Si en el colegio los hijos son instruidos y en el hogar se encuentran con sus amigos mayores, quién los enseña? Quién los orienta con pautas de vida que nunca serán enseñadas por sus maestros?

La Palabra de Dios nos manda sin ninguna clase de coartadas, que es la obligación de los padres enseñar a sus hijos. Con amor y paciencia, pero enseñarlos siempre!

Deuteronomio 4:9
Diego Acosta García
Música: Neide Ferreira

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