HEDONISMO

La necesidad de cuidar nuestros cuerpos es una auténtica preocupación que debemos de atender, por cuanto también el mayorazgo se extiende sobre nuestro físico.

Cuidar nuestro cuerpo y no dañarlo es una de las enseñanzas que nos deja la Palabra de Dios, para que podamos vivir en plenitud y también servir en plenitud de medios.

Estamos hablando del cuidar el cuerpo, de protegerlo de excesos y también de las malas cuerpo1prácticas que nos pueden provocar enfermedades o también desviaciones.

Distinta es la perspectiva cuando desde el mundo se hace apología del cuerpo, se nos obliga sutilmente a que seamos esclavos de una nueva forma de idolatría que es nuestro propio físico.

Exaltar los valores de supuestas medidas ideales, de lucir físicos sorprendentes para que se nos alabe por el atractivo que despertamos, es decir, lucimos nuestros cuerpos no la salud de nuestros cuerpos.

Diariamente comprobamos como el hedonismo, que de eso se trata, domina la vida de muchas personas que entienden que el cuidado natural del cuerpo es una forma de reconocimiento o de exhibicionismo.

Seamos sabios y prudentes y no caigamos en la trampa que una vez más el mundo nos tiende, partiendo de cuestiones importantes para derivarlas en actitudes preocupantes.

Debemos ser mayordomos fieles en el cuidado de nuestro cuerpo, pero no para adorarlo ni para exaltarlo ni para que seamos adorados o exaltados. Debemos cuidar nuestro cuerpo, para que esté sano y para poder servir mejor al prójimo!.

Proverbios 4:21-23
Diego Acosta García

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