INTERMEDIARIO

Una de las más sorprendentes enseñanzas que he recibido, estuvo relacionada con un pedido de oración.

Le pedí a un líder que orara por mí y me contestó que no. Rotundamente, sin ninguna clase de explicación. Me dejó pensando, sobre todo por su falta de solidaridad.

Pasaron varios días, hasta que esta persona me preguntó si ya se me había pasado el enfado. Le contesté la verdad, no, no se me había pasado.

Entonces me dijo: Te puedes imaginar la situación de ir juntos a la casa de tu padre y que entonces, en lugar de saludar tú directamente a tu padre, me pidieras a mí que lo saludara…

Eso es lo que me has pedido, que en lugar de dirigirte tú al Padre, lo hiciera yo por ti.

Que ocurriría en una situación como esa?

El caso es exactamente igual al de pedir que alguien ore por mí. Es verdad que hay veces en que es bueno y necesario que otra persona ore por nosotros.

Pero, en nuestra relación personal con Dios no precisamos ningún intermediario. Cada uno puede hablar con el Padre, directamente, como lo haríamos con nuestro padre carnal.

Esa es la relación personal. Esa es la oración que el Eterno escucha y responde.

Efesios 2:18

Porque por medio de él

los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Efésios 2:18

Porque, por ele,

ambos temos acesso ao Pai em um mesmo Espírito.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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