LA BIBLIA ENSEÑA

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GÉNESIS

EN EL INICIO Y LOS DÍAS I

Génesis 1:1
Para identificar la Creación se utiliza el término ex nihilo, que puede traducirse como: De la nada.
La Creación de los cielos y la tierra, nos sugiere dos dimensiones diferentes. Una es todo el espacio que nos rodea y la otra nos centra en la idea del planeta en el que vivimos.
Todo el relato bíblico está dirigido a la Historia de la Creación y específicamente de la raza humana, por lo que toda la acción se relaciona con la Tierra.
Los tiempos de la Creación no nos han sido revelados y dada la condición de finitos que tenemos los hombres, la interpretación acerca de cuánto se prolongaron, los convierten en teorías que admiten múltiples interpretaciones.

Génesis 1:2
Impresionante y majestuosa visión: La Tierra carecía de forma y estaba vacía y la oscuridad reinaba sobre el abismo, sobre las aguas que la cubrían. El Espíritu de Dios, se movía sobre las aguas. Esto indica la existencia del Espíritu antes de todo, durante la Creación y después de que todo hubiera sido terminado. Y sigue presente sobre la vida de cada uno de nosotros, Salmo 104:30; Juan 33:4. Está implícito el Verbo, representado por Cristo.

Génesis 1:3
El Verbo es la Palabra creadora a través de la cuál Dios determinó la existencia de la Luz.

Génesis 1:4
Dios vio que era buena la Luz, porque la distinguía de las tinieblas. De la nada absoluta, Dios estableció que la Luz prevaleciera sobre la oscuridad. Solamente con Luz pueden advertirse las Obras del Todopoderoso!
Incluso en un ámbito tan íntimo como es el alma de las personas, según lo reveló Pablo, cuando la Luz entra en nosotros derrota a Satanás y al pecado, 2 Corintios 4:6. Solo así podremos tomar conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Y Dios vio que la Luz era buena, en el sentido de que servía a sus Propósitos.

Génesis 1:5
Dios llamó entonces a la Luz día y a las tinieblas noche. Desde entonces hubo tarde y mañana, desde el primer día de la Creación. Y todo pertenece a ÉL: Salmo 74:16.

Génesis 1:6
Dios estableció un límite entre las aguas, lo que significó que algunas quedaran sobre la Tierra y separadas de las aguas que la cubrían.
La expansión era lo que se podía ver cuando se levantaba la mirada sobre el horizonte, en este caso el cielo atmosférico.

Génesis 1:7
Dios creó el firmamento y separó las aguas que quedaron por encima y por debajo de ese límite. Por tanto la Tierra debemos entender que fue formada del agua y fundada sobre las aguas de las grandes masas de líquidos que llamamos océanos, Salmo 24:2; 2 Pedro 3:5.

Génesis 1:8
Dios determinó que las aguas que permanecieron sobre el límite superior o expansión, se llamaran Cielos. Y así se concretó la tarde y la mañana del segundo día.

Génesis 1:9
Dios determinó que las aguas que estaban reunidas debajo de los cielos se reunieran en un lugar, para que se descubriera lo seco. Así fue creada la Tierra, de las aguas iniciales.

Génesis 1:10
Dios continuó con su obra Creativa llamando Tierra a la parte seca y llamando mares a las aguas.
Y vio Dios que eso era bueno.

Diego Acosta

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