EL ABUELO SALOMÓN
Entristece pensar cuántos hombres se perdieron por haber sido necios y no haber buscado la sabiduría, cuando debieron tomar decisiones importantes.
Los que obran como necios se pierden en sus propios laberintos porque la capacidad humana para pensar es muy limitada y solo la verdadera sabiduría es la que nos libra del mal, aunque a veces pensemos lo contrario.
De allí la importancia de no creernos sabios por nuestra propia sabiduría, sino entender que debemos buscar, anhelar encontrar ese nivel superior de razonar, que se aleja de los sentimientos o las emociones de los hombres.
Cuando nos dejamos llevar por la ofuscación de la mente o la ira del corazón, es el momento de comenzar a cometer errores que muchas veces son irreparables.
De allí que se nos enseñe que la sabiduría verdadera nos guardará y si la deseamos fervientemente nos conservará. Nunca lo olvidemos para que no nos creamos sabios por nuestra propia sabiduría.
Diego Acosta