EL ABUELO SALOMÓN
La humildad y la mansedumbre son virtudes qué si son verdaderas, juntas pueden lograr grandes cosas, principalmente frente a los soberbios y también frente a los prepotentes.
Pero hay circunstancias en las que sí debemos obrar de otra manera y es cuando debemos levantar la voz por los que no tienen voz y por tanto no pueden ser escuchados.
También cuando debemos luchar por los derechos de los desposeídos que no tienen ninguna posibilidad de hacerlo por sí mismos.
Y también cuando debamos defender los derechos de los pobres y los necesitados, de los huérfanos y las viudas, de los más débiles entre los hombres.
Entonces sí deberemos levantar nuestra voz, porque tendremos en nuestro corazón la fuerza que solo pueden conceder la mansedumbre y la humildad.
Levantemos nuestra voz, nunca para defender nuestras causas y siempre para ayudar al Prójimo.