DEVOCIONAL
Involuntariamente en algunas ocasiones buscamos la salida más fácil, que no es otra cosa que rendirnos ante la evidencia. Pero nos equivocamos y gravemente.
Ante la injusticia NUNCA deberemos rendirnos, sino todo lo contrario. El Hijo del Hombre nos dejó la herramienta más idónea para enfrentar al mal.
La Oración, se convierte en el arma esencial de los creyentes, para no aceptar aquello que se opone a los Mandatos del Eterno, por grandes y poderosos que sean los adversarios.
Jesús oró al Padre y le agradeció su ayuda cuando resucitó a Lázaro, en medio del dolor de su familia y también con su propia pena por la muerte de su amigo.
Si ÉL oró, por qué no lo habríamos de hacer nosotros?
No aceptemos la injusticia y clamemos por la Justicia que viene de lo Alto. La única que finalmente llegará a todos los hombres, especialmente a aquellos que se consideran amos de la vida y de la muerte.
Deuteronomio 25:16
Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto,
y cualquiera que hace injusticia.
Diego Acosta – Neide Ferreira