LA OTRA HISTORIA
Los Babilonios invadieron el Reino de Judá en el año 586 a.C. y las élites israelíes y gran parte de sus pobladores, fueron llevados al exilio.
La invasión de Judá significó el final del reinado de Sedequías, cuyos hijos fueron degollados en su presencia y al propio rey le fueron arrancados sus ojos y fue llevado a Babilonia donde murió en la cárcel, Jeremías 52:4-11.
La destrucción de Jerusalén comprendió a todos los edificios grandes y la Casa de Jehová fue quemada, Jeremías 52:12-14. Los pobres fueron dejados para que fueran viñadores y labradores.
48 años más tarde, en el 538 a.C el rey Ciro llamado el Grande decretó que los exiliados israelitas podían regresar a su tierra, que formó parte del imperio babilónico con el nombre de Yahud.
Este nombre fue conservado por Jerusalén y sus alrededores en los 700 años siguientes de su historia. Cuando la revuelta de Bar Kochba fue derrotada, los romanos expulsaron a los judíos y le cambiaron el nombre a la región, llamándola Siria-Palestina.
Aunque dejó de llamarse judea, los miembros de su pueblo eran conocidos como iuaeu, palabra latina que proviene de la griega ioudaios, que procedía del arameo yehudai, que a su vez tenía origen en el nombre yehudi, proveniente del hebreo.
Queda por determinar cómo se relacionan estas palabras con la inglesa judío. Parte III.
Diego acosta