OS ACORDÁIS…?

¿Os acordáis del cuento
de la fiesta que hubo en el cielo?
Un ángel vino a la Tierra
a traer la invitación.
Sólo los que tenían alas
fueron invitados
porque podían volar,
pero el sapo envidioso
que era también muy tramposo
logró con sus artimañas
a esa fiesta colar.
En la invitación estaba escrito
que todos que fuesen músicos
sus instrumentos podrían llevar.
La paloma preparó su harpa,
la cigüeña su clarín,
y el pájaro carpintero
afinó su violín.
La libélula tan delicada
tocaba la flauta divinamente,
y quiso llevar su instrumento
para alegrar el corazón
de todos los oyentes.
La garza con su guitarra
con esmero la preparó,
afinando sus cuerdas,
limpiándola con sus plumas
y finalmente, en un rincón
del bosque la dejó.
Todos se acicalaban
para estar limpios y olorosos,
pues la ocasión exigía
que estuvieran así de hermosos.
Nuestro tramposo personaje
pensó,  pensó,  y repensó
buscando una manera
de burlar la vigilancia
y poder por fin
a los cielos llegar.
En su cabecita hueca
una lucecita se encendió,
y en la guitarra de la garza
él rápidamente se escondió.
La garza no se apercibió
de la carga que llevaba;
Siguió surcando los aires
con lo contenta que estaba.
Al llegar, todos pusieron
sus instrumentos
dónde un ángel les indicó,
y el sapo en ese instante
de esa oportunidad aprovechó.
Y salió de su escondrijo
para disfrutar de la fiesta,
del celestial evento.
En vez de procurar
pasar desapercibido
se puso a bailar,
riendo, y saltando
demostrando su contentamiento.
Las aves se sorprendieron
al ver que él había logrado
lo que los otros animales
ni siquiera ésa posibilidad
había alguno soñado.
Como era muy gentiles
no le dieron mucha importancia,
y el sapo siguió disfrutando
hasta el final de la fiesta.
Se despistó de estar pendiente
de meterse en su escondrijo,
y cuando se percató,
la garza ya se había ido.
No obstante, él vio allí
en el lugar de los intrumentos
la tuba del cuervo
que se estaba despidiendo
para alzar el vuelo de vuelta,
y el sapo se metió dentro.
El cuervo cogió su tuba,
y en el aire se alzó,
pero de contento que estaba
quiso continuar la música
y su tuba la sopló.
El sapo salió disparado
en el primer acorde
que el cuervo inocente tocó.
Y fue echado abajo
y a la Tierra se cayó.
Y colorín colorado
ese cuento se ha acabado.Ese cuento me hace recordar
lo que está escrito en la Biblia,
cuando habla de la segunda venida
de Jesús,  nuestro Señor.
Sabemos que él vendrá
a buscar a su iglesia,
y nos alzaremos en los aires
para estar para siempre
con nuestro Creador.
El primer requisito
Es creer en Jesucristo
a quién debemos amar,
pues es él que vendrá
a por su iglesia,
a su novia amada,
a quién él va a desposar.
No podremos hacer trampas
como el sapo de la historia;
Jesús ya conoce hace tiempo
los que realmente son suyos.
Y no podremos escondernos
detrás de pastores ungidos,
de músicos,  o misioneros,
o de los creyentes amigos.
La invitación es para todos,
y cada uno debe aprovechar
el tiempo que Dios le dio
para crecer y madurar
en los mandamientos de Dios,
viviendo siempre gozosos
en su buena, agradable,
y perfecta voluntad.
La renuncia que Jesús pide
en Mateo capítulo 16,
es el modo que tendremos
que vivir para agradar a él.
El que no renuncia a sí mismo,
y que se rehúsa a cambiar,
no podrá conocerle,
para amarle  profundamente
y disfrutar de su amor de verdad.
El que permite que su ego
lo impida de ser transformado,
será dejado atrás;
Y tendrá que asumir
las funestas consecuencias
de sus actos inconsecuentes
que cambiarán por completo
a su celestial porvenir.
En el cielo habrá la boda
del Cordero y de la novia,
y allí no podrá estar,
el que no estuviere vestido
adecuado para el evento
será echado por el Rey
por las puertas de su Ciudad.

Lucia Caetano

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