QUIENES ERAN LOS FILISTEOS

ESCUDRIÑAR

Los israelitas los tenían por uno de sus grandes enemigos y este concepto se convertía en la idea de que eran también enemigos de Dios.

A su nombre se le atribuye la posterior denominación de una franja de territorio que hoy ocupa Israel, como Palestina. Eran originarios de la isla de Creta y tenían muchos dioses.

Formaban parte de los llamados Pueblos del Mar que invadieron a Egipto de donde fueron expulsados en guerras que se sucedieron entre 1285 y 1175 a.C.

A su huida encontraron cobijo en la región que se llamaría Palestina y eran despreciados por los hebreos por ser incircuncisos, según consta en el Libro de los Jueces 14:3 y en 1 de Samuel 17:26 y 18:25.

Vivieron en cinco ciudades-estado que eran tierras que fueron arrebatadas a los cananeos: Ecrón, Gat, Gaza, Ascalon y Asdod. Según los estudiosos los filisteos lucharon desde su asentamiento con los israelíes.

Fueron derrotados por el rey David, entre 1188 y 965 a.C. posteriormente se enfrentaron a su hijo el rey Salomón hasta el reinado de Acaz, en el período del 960 y 735 a.C.

Luego fueron dominados por los asirios y babilonios, hasta la llegada de los helenos, entre los años 735 a 586 A.C. aproximadamente. El ejército filisteo  era muy organizado, 1 Samuel  13:5, 29:2 y 31:3.

Su poderío se basaba en el dominio del hierro y a que impidieron que los israelitas lo manipularan, 1 Samuel 13:19-22. El rey Saúl pudo enfrentarlos, pero a su muerte, nuevamente se hicieron fuertes en Palestina.

Los filisteos fueron parte de la historia de Israel. Con un episodio fundamental: la victoria del joven David ante el gigante Goliat, aproximadamente en el 900 a.C.

A QUIENES AMAMOS

JESÚS Y MATEO

A QUIÉN AMAMOS

El Príncipe de Paz revela otro aspecto de la cuestión del Amor y su forma práctica de aplicarlo.

MATEO 5:46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Jesús advierte a propósito del sentido que debe de tener el Amor.

En su respuesta a todos los discursos formulados por Job y sus amigos, Jehová plantea un interrogante categórico, en Job 38:4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.

Es decir, pueden los hombres ser superiores a quién los ha Creado? Esto nos resulta aclaratorio acerca de la Grandeza del Amor y que nos supera.

No habrá ningún mérito si solamente amamos a quienes nos aman, porque demuestra la pobreza de nuestra magnitud tanto espiritual como con relación a los otros hombres.

Por esta razón es que plantea la cuestión, relacionada con qué los publicanos hacen lo mismo, es decir aman a los que los aman y no extienden su amor a las otras personas.

Debemos recordar que los publicanos son el objeto del desprecio de los judíos, pues eran los hombres encargados en forma directa del cobro desmedido de los impuestos, que los romanos aplicaban en todos los aspectos de la vida de los israelitas.

Jesús nos lleva a pensar: haríamos lo mismo que los hombres que eran considerados traidores por sus propios conciudadanos? Esa es la medida de nuestro Amor?

Diego Acosta

EL GRAN ÁRBOL

 

DEVOCIONAL

Desde una de las ventanas de mi casa, siempre admiro un gran árbol que tiene varias decenas de metros de altura.
De tanto mirarlo un día me dije: Que es lo que tiene que atrae siempre mi atención?
En el invierno como ocurre ahora en el hemisferio norte, pierde rápidamente sus hojas y solamente quedan entre sus ramas, los nidos de los pájaros que buscan su cobijo.
Y en el verano lo puede admirar con su impresionante muestra de hojas que cubren todo el horizonte y donde anidan distintos pájaros y sus crías.
Oscila entre la patética desnudez de sus ramas a la maravillosa visión de su plenitud. Y me pregunto: que tiene de atractivo todo esto?
Y la respuesta viene a mí, para mostrarme que tal vez así sea nuestra vida y que la Creación nos muestra a través de un árbol, que un día podremos estar muy frágiles y otro llenos de un vigor inusitado.
Todo depende de aceptar la Voluntad Soberana del Señor!

Salmo 40:8
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Diego Acosta / Neide Ferreira