DEVOCIONAL
El líder de la alabanza de una iglesia americana, se dirigió a la congregación para decirle que amaba a todos sus miembros, pero que todo lo que hacía no era para ellos sino para Jesús.
Este episodio poco frecuente, me provocó una pregunta: Para quién trabajo, en lo que hago todos los días?
Es un cuestionamiento necesario y conveniente porque marca los límites entre las vivencias del mundo y lo que significa todo lo espiritual que es la vida con Jesús.
Si vivo en el mundo, seguramente estaré trabajando para seguir aquello que se me indique que haga, aunque rodeado del perverso disfraz de la libertad.
Si trabajo para Jesús mis pensamientos serán otros, mis objetivos serán distintos y lo más importante de todo, no seguiré a nadie que no sea el Hijo del Hombre. Y para ÉL trabajo y trabajaré hasta el último aliento.
Proverbios 4:11-12
Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
Y por veredas derechas te he hecho andar.
Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos,
Y si corrieres, no tropezarás.
Provérbios 4:11-12
No caminho da sabedoria, te ensinei e,
pelas carreiras direitas, te fiz andar.
Por elas andando, não se embaraçarão os teus passos;
e, se correres, não tropeçarás.
Diego Acosta / Neide Ferreira