PREOCUPACIÓN

Conozco el caso de una hermana que se resistía a consultar a un médico, los problemas que evidentemente tenía.

La cuestión fue que a pesar de la insistencia de quienes somos los más cercanos en el día a día, ella decidió que era algo que no merecía tanta atención.

Pasado un cierto tiempo, una circunstancia inesperada, motivó que tuviera que acudir para ser tratada de urgencia.

Fue entonces cuando los médicos repararon en el problema que venía arrastrando y que era más complejo de lo que nos podíamos imaginar.

Además de orar por ella, pensé acerca de como son nuestras actitudes y como se alejan de lo que Dios ha establecido.

Así como somos mayordomos de la Tierra, también lo somos de nuestro cuerpo y cuidarlo es una responsabilidad primera.

Cuando incumplimos con el Mandato del Eterno, nos surgen problemas que consideramos inesperados, pero que no lo son, porque vamos recibiendo advertencias que se convierten en malestares.

Este caso me afectó doblemente. Primero por la hermana y luego por recordarme la carga que tenemos de ser fieles con el Mandato de ser fieles mayordomos de nuestro propio cuerpo.

1 Coríntios 4:2

Além disso,

requer-se nos despenseiros que cada um se ache fiel.

1 Corintios 4:2

Ahora bien, se requiere de los administradores,

que cada uno sea hallado fiel

Diego Acosta / Neide Ferreira

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