ESCUDRIÑAR
Tras haber sufrido cuatro plagas Faraón, seguía con el corazón endurecido y Jehová mando entonces a Moisés que le anunciara que si mantenía su decisión de no dejar marchar a su pueblo enviaría una nueva plaga sobre el ganado de Egipto.
Por segunda vez se le anunció que habría una distinción: Éxodo 9:4 Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y para refrendar el carácter de milagroso se le hizo otro anuncio, Éxodo 9:5 Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra.
Al día siguiente se cumplió el anuncio que Moisés había formulado en nombre de Jehová. Murió el ganado de los egipcios, pero ninguno de los rebaños de los israelíes.
Faraón mandó comprobar si el anuncio se había cumplido con el Pueblo de Israel en la región de Gosén y los enviados le confirmaron que en sus ganados no había ningún muerto.
No obstante el corazón de Faraón se volvió a endurecer y no permitió la libertad que se le reclamaba. Sin embargo el golpe sufrido fue de una gran magnitud.
Los egipcios rendían culto a algunos animales. En concreto al toro Apis, la representación del dios Ptah. En algunas regiones se adoraba a las vacas, porque representaban a la diosa Hathor. En esos casos se la simbolizaba con la imagen de una mujer-vaca.
Las pérdidas no solo fueron materiales sino también afectaron algunas cuestiones de gran importancia para los egipcios. Por algunas evidencias, los únicos animales que no murieron fueron los que se encontraban en los establos y no pastando en los campos.
Diego Acosta